acabado el año, casi terminada la legislatura y concretamente en Castellón, asistimos a un Compromís agotado porque, implícitamente, su compromís con su principal socio de Gobierno ha prescrito.

El pasado 20 de diciembre asistimos al Ayuntamiento para celebrar el último pleno del año, sin embargo no fuimos a aprobar los presupuestos del 2019, no. Más bien fue una función de circo navideño, propio de la época en la que estamos. Lo que allí vivimos fue todo un espectáculo «bochornoso» que podía haberse evitado si la señora Brancal en el último medio año hubiera tenido dignidad política, hubiera hecho examen de conciencia y asumido su responsabilidad, pero no, no fue así.

Compromís vivió y sufrió sus horas más bajas y hoy, todavía tiene resaca. Seguramente, tendrán sed de justicia pero, visto lo visto, nunca quedarán saciados. Hay que reconocer su empeño y perseverancia, lástima que su esfuerzo quedara en vano para un Compromís agotado.

Agotado porque en política está todo inventado y si un día exiges responsabilidades al adversario, cuando te llega el momento no puedes eludirlas. Agotado porque la presión mediática hace mella y Compromís no es la excepción que confirma la regla, agotado de no convencer a propios y ajenos, agotado en la soledad y por tanto, su compromís ya es con nadie.

Cuánto agotado, más bien desesperado, debió estar Compromís para venir a pedirnos oxígeno a la formación naranja y no «carabassa» -como ellos mismos nos llamaban- a 130 días de las elecciones municipales y en dos ocasiones en menos de 24 horas. Era la agonía de la muerte: del austericidio al auxilio, de ningunearnos toda la legislatura a solicitar nuestro apoyo, de amenazarnos y atacarnos política y públicamente hablando a pedirnos el voto. Pero si esto estuvo feo, todavía lo estuvo más, poner en evidencia a sus socios por detrás. De está manera queda confirmado que los señores de Compromís, como no se fían no son de fiar y lamentamos que ahora estén probando su propia medicina pero este oficio es vocacional y no profesional. Y la medicina puede ser curativa o paliativa, en este caso, la señora Brancal, ya sabe el tratamiento que le han aplicado los doctores de su confianza pero su fuerza de voluntad tampoco le ha ayudado.

Y, como en todos los circos, este también tiene varias funciones. En la del pasado 20 de diciembre hubo una protagonista y muchos actores. La protagonista ya saben quién es, los figurantes de siempre ese día nos convertimos en actores. Los grupos municipales tuvimos que recordar a la alcaldesa cuáles eran sus competencias y sus funciones. Días después, tenemos un equipo de Gobierno herido de muerte y un Compromís que morirá matando. Aquí se abre el telón para la segunda función del circo con la actuación de Compromís que ha apartado a Brancal de los cargos de representación que dependen de su grupo municipal y como no hay dos sin tres, la tercera función será la del desamparo de Amparo. Será el momento en el que la alcaldesa haga cesar a Brancal de las funciones que dependen de Alcaldía y de la Junta de Gobierno.

¿Compromís facilitará el relevo en estos puestos o por el contrario, hará por mantener a Brancal sin proponer nombres sustitutos, y servir en plato frío la presión mediática a Amparo Marco y al PSPV? ¿Habrá una cuarta función? ¿El circo permanecerá tras las fiestas?

Las izquierdas como siempre no se aclaran porque no aprenden.

Y, como dice el bolero: contigo aprendí... «en vostés no res».

Este Castellón mío, este Castellón nuestro, ay ay...