La AAVV Raval de la Trinitat denuncia que en pleno centro de Castelló se ha abierto un prostíbulo, sin que el consistorio haya actuado al respecto. Según el colectivo vecinal, «desde antes de Navidad el ayuntamiento es conocedor del tema, porque presentamos un escrito explicándolo, y no nos han hecho caso».

La asociación, a través de un comunicado de prensa, explica que «para nuestro asombro hace pocas semanas hemos visto cómo a plena vista de los niños de nuestro barrio, al lado de su colegio, delante de su academia de inglés, ha abierto sus puertas un prostíbulo. En pleno camino escolar, un camino escolar que debería ser seguro no solo vialmente sino también educativamente».

En este contexto, el colectivo vecinal subraya que «nuestros niños se encuentran con un lugar donde se denigra a las mujeres y los hombres pagan por ello».

El local, según la asociación, se ubica entre las calles San Francisco y Obispo Beltrán.

«Cuando las ciudades luchan por desterrar la lacra de la prostitución de las afueras de la ciudad, el ayuntamiento permite que el centro de Castelló siga sumando establecimientos destinados a este fin, nada más y nada menos que en una vía de paso incesante de peatones. Hace años, el local empleado de la calle San Francisco tenía la misma actividad que hoy retoma. Pero una vez cerradas sus puertas, los vecinos no podíamos pensar que volvería a abrirlas con el mismo propósito».

La AAVV Raval de la Trinitat recuerda que «llevamos años luchando para acabar con la imagen de la prostitución a la vista de cualquier menor en la calle Ingeniero Ballester. Y cuando lo estábamos consiguiendo poco a poco, despertamos con un nuevo foco, más cercano aún a uno de nuestros colegios [Escuelas Pías] y justo en la puerta de academias de estudio a las que acuden decenas y decenas de niños».

El comunicado de la asociación concluye asegurando que «si queremos ser una ciudad educadora, una ciudad igualitaria, una ciudad moderna, no vale únicamente con poner carteles y pisadas marcando los caminos escolares o adornar la ciudad de luces de Navidad. Si queremos ser una ciudad del siglo IIII, debemos luchar por acabar con la lacra de la prostitución o, al menos, velar para que ésta no abra sus puertas ante las narices y la vista de nuestros menores».