El aeropuerto de Castelló estrenó sus primeros vuelos regulares en 2015 con conexiones con Londres y Bristol de Ryanair. Había sido inaugurado en 2011 sin aviones por el expresidente de la diputación, Carlos Fabra, el ideólogo de una infraestructura en la que el exdirigente popular embarcó a la Generalitat tras el rechazo a implicarse de Aena.

En cuatro años, la base de Vilanova apenas ha concitado el interés de las aerolíneas, que prefieren operar con València, que se encuentra a una hora de las instalaciones castellonenses. De hecho, Ryanair se llevó a Manises la ruta castellonense de Bristol. A partir de abril, el aeropuerto contará con una línea anual (conexión con Londres de Ryanair) y dos estivales: Sofía de Ryanair, de marzo a octubre); y Bucarest, de Blue Air, de junio a septiembre.

En abril también sumará una segunda operativa con Bucarest, de Wizzair, pero esta conexión tendrá una duración de 52 semanas y se impulsa gracias a la financiación pública.

Así, el aeropuerto confía su viabilidad futura en vuelos subvencionados y espera que estas operativas atraigan en un futuro líneas regulares. Es por ello que considera fundamental que el Ministerio de Fomento declare obligación de servicio público la conexión aérea entre Madrid y Castelló. Esta medida permite subvencionar los vuelos de este itinerario. Aerocas, bajo el amparo del Consell, considera que la unión con Madrid es necesaria para acercar a Castelló a un «hub» internacional como el aeropuerto Adolfo Suárez. La financiación pública es indispensable por falta de interés en operar de las empresas privadas.

El Consell ha solicitado la declaración a Fomento argumentando que es una medida importante para poner fin a los desequilibrios que considera que existe a nivel económico y social en la provincia de Castelló. La Generalitat financiaría los vuelos de Madrid, al igual que hacen Andalucía y Extremadura.