Forcall vive este fin de semana la que es una de las celebraciones antonianas por excelencia: la Santantonà que cuenta con los reconocimientos de Fiesta de Interés Turístico Autonómico y Bien de Interés Cultural.

De esta forma, a las 12 de la madrugada del viernes los mayorales iniciaron la fiesta encendiendo los troncos. Ya por la mañana, a las 7 fue el esquellot el que dio la vuelta por el pueblo y a las 8 los dulzaineros y tabaleteros celebraron la despertà. Al mediodía la plaza Mayor acogió el ritual de la Plantà del Maio y la Clavada de les Costelles.

Por la tarde, a las 15 horas se revistió la barraca. A las 19 en la Sala Noble del Ayuntamiento fue la presentación del Cremaller d'Honor. El momento más esperado de las celebraciones llegó a las 21.30, cuando la comitiva de la Santantonà salió de la plaza Mayor para recorrer las calles visitando las casas de los mayorales, donde fueron invitados a coquetas, rollitos, anís y moscatel. A las 23 delante de cientos de ojos atentos tuvo lugar en la plaza el encendido y quema de la barraca a cargo del Cremaller de Honor con la intervención de los cremallers y toda la atención puesta en el despullat, la filoseta y les botargues disparando cohetes borrachos y quemando a los santos en la hoguera. Después salieron en procesión de los machos, en la puerta de la iglesia se bendijeron a los animales y en casa de los mayorales se repartió la coqueta de media libra. La fiesta duró hasta altas horas de la madrugada con la Orquesta Nexus y la discomóvil DML.

En la jornada de ayer se celebró el Dia de Sant Antoni. A las 8 se llamó a la oración y sonaron las campanas. A continuación despertà, misa en honor a Sant Antoni y procesión. Al acabar hubo un concurrido pasacalle con grupas por las calles del pueblo con el acompañamiento de las dulzainas y los tabales y la actuación de la Rondalla Les Folies.

La fiesta continuará el lunes con la misa en honor a los difuntos y el nombramiento de los mayorales 2020.