La primera línea del AVE entre Castelló y Madrid cumple hoy un año sin apenas impacto. La falta de frecuencias y de una plataforma exclusiva entre València y la capital de la Plana han impedido que la alta velocidad se convierta en un revulsivo de las comunicaciones de Castelló con la capital de España. Así lo aseguran los empresarios turísticos. «El AVE de Castelló no se ha podido notar, aún parece que está en fase de pruebas, y para ir a Madrid aún hay que cogerlo en València», subraya el presidente de la patronal provincial del sector, Carlos Escorihuela.

El dirigente de Ashotur menciona, entre otras carencias, la falta de horarios y los cortes que ha registrado la línea entre la capital de la Plana y València en varias ocasiones desde su estreno por las obras del tercer raíl. La valoración de Escorihuela se puede constatar en el balance del patronato provincial de turismo referente a las visitas procedentes de Madrid. El informe indica que la provincia ha recibido de enero a octubre de 2018 un 3, 45 % de viajeros madrileños menos respecto al mismo periodo de 2017.

Los datos de la Agencia Valenciana de Turismo también muestran un descenso de un 2 % de enero a septiembre en las pernoctaciones de madrileños en hoteles de Castelló en comparación con 2017. Fuentes de este departamento autonómico explican que el mercado madrileño utiliza especialmente el coche y que el AVE «no ha supuesto una nueva conexión, sino un ahorro de tiempo en el desplazamiento, pero la opción del tren ya existía».

Javier Gallego, portavoz de Introducing Castelló, afirma que se ha percibido un cierto incremento de viajeros de Madrid a la capital de la Plana pero este aumento no ha tenido su traslado, apunta, en los principales puntos turísticos del norte de la provincia.

Para que el AVE tuviera un efecto, explica Gallego, tendría que tener una mayor sincronización con los trenes de Cercanías que unen Castelló con Vinaròs. «Para que tuviera sentido lo ideal sería que un mismo billete recogiera el AVE, el cercanías y un autobús» que trasladara los viajeros al punto turístico, señala Gallego.

El AVE que empezó a operar de manera comercial el 23 de enero de 2018 se trata de un sucedáneo recortado de la idea original, que contemplaba una doble plataforma exclusiva para AVE entre València y Castelló (luego hasta Madrid ya está ejecutada) y que fue paralizada en 2011 en el contexto de crisis económica. El Ejecutivo de Mariano Rajoy, a instancias del Consell de Alberto Fabra, optó por construir un tercer raíl que permite la circulación del AVE por las vías actuales. Es una opción más económica que el doble vial pero con menos prestaciones. De esta forma, la línea actual del AVE propicia un ahorro de tiempo respecto a un Alvia, una reducción que se produce en el tramo entre Madrid y València, donde existe plataforma específica para la alta velocidad.

El servicio de AVE cuenta con 4 rutas (dos por sentido), a los que hay que añadir dos Intercity y dos Alvia. La ruta castellonense ha sido noticia por retrasos, especialmente en los primeros seis meses por los trabajos de la segunda fase del tercer raíl. En la inauguración oficial del 22 de enero, el presidente del Gobierno entró en la estación de Castelló con media hora de retraso.

El Ministerio de Fomento tramita el estudio de una nueva doble plataforma entre Castelló y València consciente de que el AVE que ahora opera no es la solución, pero esta actuación no estará lista hasta 2026.