El Ministerio de Comercio de Argelia ha hecho oficiales las amenazas lanzadas el pasado julio, y de las que ya informó Levante de Castelló en su edición del día 30 de aquel mismo mes, imponiendo aranceles de entre el 30 y el 200 por ciento a más de un millar de partidas. La entrada de baldosas cerámicas queda, de esta manera, liberada, pero a cambio del establecimiento de un derecho adicional provisional de salvaguardia (DAPS) de un 60 por ciento. Es decir, los importadores de baldosas cerámicas deberán pagar a la Hacienda de Argelia un 60 por ciento adicional al precio del producto. Eso sí, al tratarse de un derecho de salvaguardia, el alcance de esta medida afecta a las baldosas cerámicas de todos los orígenes sin distinción.

Es decir, en la práctica, Argelia mantiene cerrado su mercado a la cerámica. De hecho, desde Ascer se asegura que esta medida proteccionista «sigue siendo una traba a la comercialización de las baldosas cerámicas en el mercado argelino, que se ha encontrado entre los principales destinos de exportación», se afirma desde Ascer, y se subraya que la medida de salvaguardia «supondrá un incremento del precio del producto en el mercado que frenará su evolución y además contraviene los acuerdos comerciales bilaterales entre la Unión Europea y Argelia». Por eso, desde el sector se reclama «el cumplimiento de los acuerdos firmados entre la Unión Europea y Argelia y por tanto la eliminación de las medidas de salvaguardia para las baldosas cerámicas europeas hasta el límite que los acuerdos establecen».

Entre los meses de enero a noviembre del pasado año, y debido a un periodo de limbo administrativo en el que los importadores recuperaron sus licencias, las ventas del Tile of Spain al citado país sumaron una facturación superior a los 67,3 millones de euros y registraron un crecimiento con respecto el mismo periodo del año anterior, en el que se inició el cierre comercial de las fronteras argelinas, de más de 27 %.

Precisamente, el pasado lunes, el presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, le hizo partícipe a la ministra de Industria, Reyes Maroto, «de la problemática creciente relativa al comercio mundial» y solicitó «un mayor apoyo de las autoridades competentes en las numerosas trabas al comercio que encuentran las empresas». Pero, de momento, el sector da por perdida la batalla.