El Castellón tiene aún problemas variados, y sigue en puestos de descenso a falta de seis jornadas, pero ha encontrado una virtud que es puro oro. El Castellón tiene un delantero enrachado, César Díaz, algo que en los finales de temporada es un tesoro. El punta manchego volvió a marcar ayer, y a eso se aferran los albinegros para encarar con optimismo la fase decisiva del campeonato. Porque de momento los números no llegan: al gol de César le siguió raudo el empate del Olot, obra de Alfredo, y el Castellón sigue al acecho de la permanencia.

Con el 1-1 de Castalia, el Castellón lleva 18 empates y cada uno tiene su historia. El tono es similar: un paseo por el alambre que no se decanta, un vaso que lo traga todo pero nunca rebosa. Ayer, de entrada, Cano compensó la baja de Muguruza cambiando de sistema. El entrenador albinegro recuperó los tres centrales, con Castells de novedad en la cueva, y abrió campo con dos carrileros. En la izquierda Satrústegui asomó primero, en un arranque de partido un tanto anodino. El juego no escapó de la planicie hasta el minuto 17, cuando Cubillas remató alto y en posición forzada un centro de Satrústegui. Hubo que esperar otro tanto para la segunda incursión. En el 34, Satrústegui conectó con César Díaz en el área, pero la volea afilada de éste la repelió un zaguero.

Con tanto minuto y tan poca llegada, se buscaban candidatos en los que canalizar la bronca. Ciertamente en Castalia se sorteaba una bronca. El árbitro tiene todas las papeletas en estos casos, ya se sabe y así fue, en poco tiempo, con un par de decisiones controvertidas. También se llevó la suya el carrilero derecho, Óscar. La vida en la banda no es fácil. Primero se llevó una reprimenda por no subir en una jugada, y al poco otra porque subió, sus compañeros perdieron la pelota, y le pilló descolocado la contra. Ya te digo si no es fácil. En el minuto 37 por fin ajustaron los tempos por el flanco diestro. Rubén Ramos ejecutó un cambio de orientación perfecto y Óscar probó fortuna con un disparo que salió demasiado cruzado.

La acción encendió la traca de los mejores minutos del Castellón en el primer tiempo. En el 41 otra vez Ramos abrió a la banda para Óscar, y Óscar se las apañó para llevar la jugada al área. En esta ocasión la pelota salió rechazada, y de la segunda acción casi llega el 1-0, en una chilena de César Díaz que no encontró portería por muy poco. En el 45, para abrochar el primer tiempo, Satrústegui cerró el círculo con otra subida. Esta vez cabeceó de nuevo César, ahora a las manos del portero.

Enfrente el Olot se lo tomó con calma. No perdió el cuajo. El equipo de Raúl Garrido también formó con tres centrales, mucha gente por dentro y dejando las bandas a los carrileros. Por la derecha Alfredo fue el más activo. Hubo compases de algo similar a un baile, pero a la hora de la verdad, en el primer acto, el Olot fue un equipo sin colmillo. Merodeó el área del Castellón y una vez en tres cuartos se tumbó en una mecedora. Álvaro Campos, el portero local, se marchó al descanso sin hacer una sola parada.

La reanudación

El Castellón empezó el segundo tiempo de la mejor manera. A veces lo complejo se antoja sencillo. Ramos abrió a la banda, Óscar levantó un centro al área y César, esta vez sí, el bendito César, aprovechó de testa el error en la salida del portero. El 1-0 fue tan celebrado como efímero. A los cinco minutos Eloi Amagat halló una avenida en el centro del campo y plantó a Alfredo frente al meta. Nada pudo hacer Álvaro: Alfredo clavó el disparo en la escuadra.

El 1-1 destiñó el dominio orellut. El Castellón volcó el partido al campo del Olot, y ahí anduvo cerca de aprovechar algún otro regalo del portero. Xavi Ginard se equivocó en una salida de balón, en el minuto 70, y Caballero, que había entrado por Ramos, buscó el gol a puerta vacía, pero el central Barnils sacó el balón in extremis, a un palmo de la portería. En el 70 otra vez Barnils y en el 74 otra vez Ginard, protagonistas. Barnils evitó el 2-1 tirándose a tapar un remate de Cubillas, tras una buena maniobra de César. Ginard se complicó con un centro chut de Óscar, y casi se lía.

Los dos entrenadores buscaron la victoria con los cambios. Raúl Garrido dio bola al exalbinegro Marc Cosme, recibido con una ovación por la grada. Óscar Cano quitó al central Regalón e introdujo al mediapunta Pablo Roig. Al Olot le sentaron mejor las novedades. La movilidad de Cosme agitó la coctelera. Si alguno pudo ganar, en el tramo final, fue el equipo visitante. El acercamiento más claro fue en el minuto 78. Blázquez tensó un centro raso que Marc Mas embocó a gol en pugna con Castells. El asistente anuló el 1-2 por un fuera de juego que no era.