El árbitro se convirtió en triste protagonista en un partido del que solo se llegaron a disputar 13 minutos. Y es que tras la primera expulsión de Adrián Álvarez, el trío arbitral se retiró a los vestuarios ante el estupor de los jugadores de ambos equipos y decidió suspender el partido. Pese a que la Policía Nacional hizo acto de presencia en menos de diez minutos, el árbitro se negó a reanudar el partido. La afición local en ningún momento agredió físicamente al trencilla ni a sus auxiliares, ni siquiera se dirigió a ellos ni fueron insultados. Dijo sentirse intimidado por parte de los futbolistas locales.

El Albuixech también se sintió perjudicado por la decisión árbitral ya que el partido y lo que resta por disputarse tendrá que hacerse en fechas lo más pronto posible porque este equipo se está jugando sus aspiraciones a promocionar a Tercera. El San Pedro, por su parte, según el directivo Vicente Guillamón se plantea presentar «denuncia a la Policía Naciional contra el trío arbitral por sentirse perjudicado por la actitud de estos que interpretan como incitación a la violencia en un partido que hasta el momento de la primera expulsión había transcurrido sin ningún incidente por parte de ambos equipos».

Ahora tendrá que ser la Federación de Fútbol de la Comunitat Valenciana (FFCV) la que decida qué resolver respecto a la conclusión del partido, fijando fecha para terminar de disputarlo y ver qué sanciones se aplican dependiendo del acta arbitral. Un actuación que causó perplejidad en los dos equipos, que creen que el partido podía haber seguido disputándose y en el que ambas escuadras salen perjudicadas.