¡Vaya manera de sufrir! Bien empleado fue ese sufrimiento para ver ganar a un juvenil del Castellón, muy nervioso e impreciso (pesó la responsabilidad), que acaricia el ascenso a División de Honor. Venció ayer a un Acero al que le iba la vida en su lucha por no descender. Los porteños se adelantaron antes del descanso, y de manera justa. En la segunda parte los albinegros tiraron de la casta para remontar. El capitán Sergi Ors puso las tablas tras un rechace del portero, y un gran Carlos Cobo puso el 2-1 de una bella vaselina. Luego se sufrió porque se falló hasta en tres ocasiones el 3-1. Al final se ganó. Es lo que vale.