El paso a un lado de Àngel Dealbert y Pablo Hernández, referentes de peso en el albinegrismo, ha llenado de inquietud y preocupación a la afición del CD Castellón. A los problemas deportivos, con el equipo en puestos de descenso a falta de cinco jornadas para la conclusión del campeonato, se une ahora la marejada institucional, con la salida de Dealbert de la parcela deportiva por desavenencias con la política impuesta por el máximo accionista José Miguel Garrido, y la evidente fractura en el consejo.

En ese sentido, Levante de Castelló ha tanteado la opinión de los principales colectivos de aficionados orelluts, que comparten inquietud y preocupación por el presente y futuro del club albinegro. «Es una desgracia», sentencia Alberto Aicart, de la Fedpecas. «Entendemos que (Pablo y Ángel) eran fundamentales en el buen hacer, y son los que nos salvaron con Montesinos. Son otros los que tendrían que haber dado un paso al lado», explica Aicart, «esto te da a entender que pintaban muy poquito ahí dentro». «Sin ellos pinta muy mal la cosa», asevera.

Isidoro Gasque, de Fòrum Albinegre, comenta que «por orgullo, una persona como Dealbert no podía estar sin poder de decisión, sin que su opinión fuera válida». Gasque señala que ahora «técnicamente se plantea la misma situación para Montesinos, tras la ampliación y las declaraciones de Garrido». Isidoro muestra su «extrañeza» por el hecho de que el presidente Vicente Montesinos, «tan aficionado a las ruedas de prensa, no haya salido ahora para posicionarse o solidarizarse con ellos».

El factor Montesinos también lo indica Miguel Rovira, de la Agrupació de Penyes. «Veremos a final de temporada qué pasa con él», dice. En cuanto a la salida de Dealbert y Hernández, Rovira entiende que «una vez más se demuestra que el fútbol negocio arrasa con cualquier atisbo de sentimiento que rodea a un club que representa a toda una ciudad». También recuerda la responsabilidad de los protagonistas. «Ellos eligieron esto en vez de hacer una ampliación de capital abierta a todos los socios, decidieron vendernos al que venía con el bolsillo lleno sin mirar las posibles consecuencias. Estamos muy agradecidos a todo lo que han hecho por el Castellón pero pensamos que no era el momento, pensamos que se podían haber esperado al final de temporada o haberlo anunciado antes».

Al modelo y al momento señala asimismo Conrado Marín, de Sentimiento Albinegro. «La clave es el modelo de club elegido por el consejo. Con las ampliaciones Garrido y su fondo cada vez mandan más e imponen su ley. Es triste porque se prometió un club con ADN albinegro y de eso cada vez queda menos». «No corren buenos tiempos», resume Marín, también «algo sorprendido» por el momento elegido, «con la situación en la Liga, quizá hubiera sido más lógico una vez terminada la temporada, pero por dentro deben estar bastante mal las cosas». Marín muestra además su «preocupación» por «el agujero económico que puede dejar esta campaña, pese a las ampliaciones».

Manel Porcar, de Ànima Castelló, insta igualmente a poner «el foco en el modelo. Si no es Garrido sería otro. Con este modelo de club viene gente a especular. No nos sorprende y de hecho hace un año, cuando el fondo de Garrido entró en el club, ya criticamos la operación y propusimos alternativas. Así se vuelve al modelo Castellnou».

Por último, desde Centenari Albinegre rechazaron valorar la actualidad institucional del club: «A título particular cada uno de los miembros tiene su propia opinión, pero preferimos no mezclarla con los fines de la asociación».