Como cada último viernes de abril ayer comenzó la emblemática y tradicional oración a Sant Joan de Penyagolosa, más conocida como Els Peregrins de les Useres. Todos los años, esta jornada es especial para los vecinos de les Useres, ya que se lleva a cabo la tradicional marcha donde tanto los peregrinos como todos los vecinos que les acompañan recorrerán 35 kilómetros hasta la ermita de Sant Joan.

Los trece vecinos (1 guía y 12 peregrinos) que iniciaron ayer por la mañana la peregrinación penitencial fueron Abel Gallego, Josep Cuevas, Ismael Tomás, Hugo Cuevas, Nicolás Branchadell, Sergio Escrig, Jorge Andreu, Alfredo Martí, Xavi Centelles, Juan José Herrero, Juan Pruñonosa, David Tomás y Ángel Juárez. Como cada año y vestidos con la vesta, el bastón y el sombrero, los peregrinos pidieron salud, paz y lluvia.

Los vecinos del pueblo se encontraban expectantes esperando la salida de los peregrinos de la misa de «les càrregues». Tras la misa, los protagonistas realizaron la procesión descalzos sobre un manto de hiedra ante la mirada de sus vecinos. Los asistentes llenaron el recorrido con un silencio absoluto que tan solo se rompía con los cánticos y los rezos, demostrando el respeto que tienen ante esta peregrinación. Els Pelegrins de les Useres conmemora una antigua tradición que sumerge al público en la Edad Media, además es una tradición que se transmite a lo largo de los años de padres a hijos. Un vecino del municipio, el cual fue guía hace unos años, admite que «me gustaría que mis hijos vivieran la experiencia de ser peregrino».

Uno de los actos más importantes se realiza esta mañana -día de reflexión electoral antes de los comicios de este domingo- en el Santuario de Sant Joan donde se celebra la ceremonia del perdón en la que el guía representa a Jesucristo, les pide perdón y les besa los pies. Seguidamente, los peregrinos iniciarán el regreso a Useres, donde llegarán alrededor de las 22.00 horas.

Uno de los vecinos que fue peregrino anteriormente destaca que «durante la peregrinación tenemos un sentimiento muy profundo, es algo especial, no se puede explicar con palabras, hay que vivirlo». El municipio de les Useres vive esta tradición ancestral con total admiración y pasión hacia los peregrinos.