La primera la jugó y la perdió en Colmenar Viejo (2008), la segunda la jugó y la ganó en Almuñécar (2015) y este sábado el juvenil del Villarreal jugará su tercera final de la Copa de Campeones. Lo hará en Balaídos contra un Zaragoza que ayer, en la otra semifinal, sorprendió derrotando al anfitrión Celta (0-2), con goles de Miguel Puche y Jaime Sancho. Nueva oportunidad para seguir acumulando éxitos la que tiene el equipo de la Plana.

El conjunto vila-realense fue muy superior al Sevilla y logró clasificarse para el partido final que decidirá que equipo juvenil es el campeón de España. Ya en la primera mitad, había encarrilado su triunfo.

Los muchachos de Miguel Ángel Tena tuvieron un prometedor arranque y lograron llevarse por delante a un Sevilla que sólo quiso deshacerse de la escuadra grogueta cuando ya tenían la semifinal muy cuesta arriba. Y es que desde el pitido inicial el Villarreal buscó la portería sevillista y la encontró en su segunda llegada. En el minuto 4 Fer Niño no acertó tras una buena asistencia de Álex Baena, pero a la segunda llegada, en el minuto 14 el propio atacante roteño no perdonó.

Jugada iniciada por la derecha por Jorge Carlos Galdón, la tocó con la puntera Banea y, desde la frontal del área pequeña, Fer Niño alojó el cuero al fondo de las mallas de la portería de Alfonso. Fútbol control de los vila-realense desde este momento, pero susto porque en el minuto 23 Juan Andrés tuvo el 1-1, aunque erró desde el área pequeña. Tras un clamoroso error defensivo del Sevilla, Álex Baena recuperó el balón en terreno sevillista, encaró al cengtral Kike Ríos y de tremendo zambombazo alto puso el 2-0 con el que se llegó al descanso.

La final estaba muy encarrilada. Faltaba poner el sello final. La segunda parte fue igual de bien disputada. El Sevilla salió más aguerrido y además arriesgó más.

El equipo de la Plana Baixa controló la situación. No pasó excesivos problemas para mantener ese 2-0. El cronómetro era uno de los aliados para los muchachos de Miguel Ángel Tena. El sevillista Juan Andrés tuvo el 2-1 en el minuto 63, pero envió por encima de la portería defendida por el sueco Filip Jorgensen.

Luego llegaron los cambios (muchos), otra ocasión malograda por el pichichi cordobés Antonio Casas (de chilena). Y en el minuto 93 el gran canario Juan Carlos Arana puso el 3-0. Así se llegó al final de un partido muy bien jugado por el Villarreal que el sábado a las 12.00 horas jugará la final de esta Copa de Campeones contra el Zaragoza en Balaidos.