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Los albinegros firman su peor temporada en Segunda División B

La actual plantilla es la que menos puntos ha sumado en las trece temporadas del club en esta categoría

Se dice pronto, pero es así. El Castellón, aunque se salve, firmará la peor temporada de su historia en Segunda División B con la plantilla más cara del grupo III y una de las más caras de tota la categoría. El club de la capital de la Plana puede presumir de ser el equipo que más socios tiene, que más gente pone en su campo cada quince días, pero también tiene el dudoso honor de tener la plantilla que menos puntos ha sabido sumar en las trece campañas que lleva en la categoría. Eso sí, aún no tiene garantizada la permanencia. El equipo que dirige Óscar Cano, ahora mismo, ocupa plaza de play-out y a saber qué pasa en la última jornada contra el Barcelona B en Castalia. Susto o trato.

La afición más veterana recordará lo sucedido la temporada 2001-2002 en la que otro proyecto maravilloso estuvo a punto de derivar en desastre para la nave albinegra. Tres entrenadores, una plantilla que prometía y al final, el equipo se salvó en la penúltima jornada del descenso a Tercera División. Faltando cuatro partidos el presidente Antonio Bonet destituyó a Santi Palau tras caer 0-5 contra el Novelda. Se la jugó con el técnico del filial, Jorge Palomo. Éste sentó a más de una vaca sagrada al banquillo. Empató en el campo del Universidad de las Palmas y certificó la permanencia en la penúltima jornada ganando al Conquense (3-1), con triplete de Paco Salillas, y el consiguiente histórico abrazo de éste con el entrenador.

Se pasó canutas en aquella temporada en la que el Castellón combatió contra equipos canarios, pero lo del presente curso liguero lo va a superar. La escuadra de la capital de la Plana llega a la última jornada del campeonato liguero en puesto de play-out, la eliminatoria a doble partido para evitar el descenso de categoría. Además, la situación aún tiene la posibilidad de poder empeorar y firmar incluso el descenso si no se gana al Barcelona B en Castalia.

Ante esta situación, y después de la mala temporada que se ha hecho, toca ganar en Castalia al filial azulgrana, y luego rezar para salvarse. Ya llegará el momento para pasar factura y si Dios quiere empezar un nuevo proyecto esperando que sea en Segunda División B y aprendiendo de la retahíla de errores cometidos en el presente curso liguero.

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