La Audiencia de Castelló ha impuesto al gerente del bar de Benicàssim acusado de matar a un cliente una pena de internamiento en centro psiquiátrico penitenciario, al considerarle autor del delito pero contemplando la exención de responsabilidad criminal de alteración psíquica.

El magistrado ha dictado sentencia en concordancia con el veredicto del jurado que se pronunció el pasado 20 de mayo tras la celebración del juicio oral que, por unanimidad, le consideró responsable de la muerte de la víctima.

La sentencia, hecha pública por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, absuelve al hombre, por concurrir la exención de responsabilidad criminal por su dolencia psíquica, del «delito consumado de asesinato del que es declarado autor», sin aplicación de ninguna pena privativa de libertad ni de derechos.

Le impone la medida de seguridad consistente en el internamiento en centro psiquiátrico por un periodo que no deberá exceder los 22 años y una medida de libertad vigilada por un tiempo de cinco años con posterioridad al cumplimiento de la medida de seguridad.

También le condena a indemnizar a la familia del fallecido con 216.545 euros, según recoge la sentencia, y declara de oficio las costas.

El procesado era gerente de una cafetería en Benicàssim y estaba afectado de un trastorno bipolar y esquizofrenia que «anulaban su capacidad intelectiva y volitiva».

A las 7.45 horas del 8 de julio de 2017 el procesado atendió a la víctima, un cliente habitual del establecimiento, y mientras trabajaba y como consecuencia de su padecimiento «empezó a sufrir alucinaciones auditivas que le llevaron a la firme convicción de que tenía que acabar con la vida del hombre» que estaba sentado en la terraza del establecimiento de espaldas a la puerta del bar.

El acusado «colocó una barra de hierro y dos cuchillos grandes de cocina y esperó pacientemente a que por la calle no transitaran coches ni transeúntes».

Eso ocurrió a las 7.56 horas, cuando cogió la barra y se aproximó a la víctima -que ignoraba lo que iba a suceder- y le golpeó en la cabeza «fuertemente» en diez ocasiones que le provocaron lesiones graves -de riesgo vital- y un aturdimiento que le impidió huir.

Seguidamente, cogió uno de los cuchillos y le asestó una fuerte puñalada por el costado -también de riesgo vital- y cogió el segundo cuchillo con el que «le seccionó brutalmente su cuello de izquierda a derecha».