o conozco a nadie que no viva cargado de razones. De esas razones que vamos acumulando día a día sin descanso. De esas que vamos guardando una tras otra a la espera de poder exigirlas. Razones con el vecino que no saluda; ese vecino que hace ruido siempre. Razones con el compañero de trabajo; ese compañero de trabajo que hace que te ganes el cielo por horas. Razones con el camarero del bar; ese camarero del bar que parece tardar lo máximo cada vez que te toca a ti. Razones con todos esos que conducen mal; esos conductores que hacen de la carretera un lugar horrendo. Razones con tu suegra, con tu hijo adolescente, con el profesor que no le aprueba, con el recibo de gas? con todo lo que os podáis imaginar y más. Pero esas razones que vas guardando y te van minando la salud, no son nada con las razones del fútbol. Esas son las que te corroen de verdad, esas son las que realmente hacen que todo sea insoportable. Te puedes pasar una vida aguantado al vecino gilipollas, al compañero cansino, al camarero torpe, al conductor idiota, o al que se os pueda ocurrir ahora mismo. A esos los aguantas y los soportas, e incluso llegas a entenderlos; pero lo del fútbol? eso ya es otra cosa.

Y en esas están los seguidores amarillos: todos con el deposito de razones a rebosar y a punto de que una chispa lo haga explotar. Y no voy a ser yo el que les diga lo que deben o no hacer, y ni mucho menos tras lo que han soportado y sufrido. La verdad es que les entiendo, y valoro que hayan tragado sapos y culebras en un momento de crisis como el pasado. Ya que de no haber sido así, creo que no nos salva ni Dios. Pero lo que me da la sensación es que con esa ansiedad y esa alteración, va a ser complicado que la próxima campaña acabemos bien. Ahora mismo y tras unos meses chafándose la lengua, todos parecen legitimados a todo, lo que genera un entorno de lo más alterado. Por eso, cada movimiento se analiza con lupa y con esa ansiedad al limite. Por eso, la continuidad del entrenador no será un camino de rosas para él, a no ser que vaya bien desde el inicio. Por eso, cada movimiento se ve con duda y desconfianza, ya que se compara con lo anterior. En resumen: los amarillos están con la idea de que han sufrido de más y además no han podido sacar de dentro la rabia y esa angustia que les ha matado. Algo que van a liberar esta temporada, ya que se les diga lo que se les diga, van a esgrimir aquello de: ¿Qué hay de lo mío?