El Villarreal ya está en las semifinales de la Copa del Rey Juvenil tras empatar en el campo de la Real Sociedad y hacer valer el 4-1 con el que venció en la ida en el Mini Estadi. La eliminatoria estaba buen encarrilada, pero faltaba el remate final. Los muchachos de Miguel Ángel Tena capearon el temporal inicial porque los blanquiazules salieron a por todas. Pudieron ganar, pero también perder porque en el minuto 50 el portero Filip le paró un penalti Ander Martín que pudo haber sido el 2-1.

El equipo de Miguel Ángel Tena aguantó la salida en tromba de los donostiarras y nivelaron el juego en una primera parte muy pareja. Es más, por momentos la escuadra grogueta tuvo más presencia en el campo y desplegó su juego como si jugase en el Mini Estadi. Respeto en el arranque, y a por todas a partir del minuto 10. El primer aviso lo dio el goleador local Iker Kortajarea, que remató desviado, y la réplica llegó a cargo del roteño Fer Niño, que cruzó por la izquierda de la portería local.

Con el ritmo que le dieron Iván Morante y Carlo Adriano al Villarreal, los de la Plana Baixa lograron abrir el marcador en el minuto 29. Fer Niño definió con mucha calidad en una acción desde la banda derecha del ataque amarillo. Pero esa ventaja apenas duró dos minutos. El tiempo que precisó Julen Lobete para batir a Filip Jorgensen tras un buen pase de Jon Magunazelaia. En un abrir y cerrar de ojos se igualó el marcador. Con el 1-1 los donostiarras necesitaban tres goles para igualar la eliminatoria.

En la segunda parte, a los cinco minutos el colegiado cobró penalti de Vadik sobre el atacante local Ander Martín y el propio futbolista vasco fue el encargo de lanzar, pero el meta Filip Jorgensen logró rechazar con el brazo izquierdo. Un respiro. A partir de ahí sí que es verdad que la Real Sociedad estuvo más entero. El Villarreal aguantó y contragolpeó. Subió el nivel de dificultad a partir del minuto 62 con la injusta expulsión del extremo roquetense Álex Baena. El colegiado le mostró al segunda amarilla al creer que le aplaudía a él, pero en realidad tocó dos veces las palmas mirando a su compañero Galdón. A partir de ahí la Real sacó toda la artillería. Pero no fue suficiente.

El último cuarto de hora se jugó en todas partes menos en las áreas rivales. Algún que otro centro, pero poco más. Al final un empate que permite al Villarreal llegar a los cuartos de final.