El juez Baltasar Garzón contó en su libro 'Un mundo sin miedo' que para casarse solo hacía falta quererse. Verdad no le falta, pero lo cierto es que, al amor, hay que sumarle trámites burocráticos que, a veces, complican el enlace. Esto es lo que parece que le ha pasado a una pareja del Toro que contrajeron matrimonio por la iglesia el pasado sábado, 14 de septiembre, pero que, a día de hoy, todavía no lo ha podido inscribir en el Registro Civil, ni saben cuándo lo van a poder hacer. El motivo: este pequeño municipio de apenas 253 habitantes no tiene secretario desde finales de junio.

La pareja explica que «a ojos de Dios estamos casados, pero legalmente aún no. Hemos ido al consistorio, al juzgado de Segorbe y nadie nos ha dado una solución».

Y es que, para que surjan efectos legales, tanto el matrimonio civil como el católico deben ser registrados, por lo que después de acudir a la iglesia hay que ir al juzgado o al Ayuntamiento para comunicar la unión. La incertidumbre de cuándo van a poder formalizar el trámite desespera a esta joven pareja. Entre otras cosas, porque quisieron poner una reclamación y tampoco pudieron: para ello también se precisa de la figura del secretario. Un auténtico bucle del que no saben cómo salir. Para que quede constancia del caso han presentado la queja en el consistorio de València, ciudad en la que residen ahora.

Esta situación no solo afecta a los matrimonios sino casi a toda la actividad administrativa: tesorería, plenos, certificados de nacimiento, empadronamientos o defunciones, por lo que el edificio municipal cerró sus puertas.