El Consejo Escolar Municipal de Paterna ha endurecido las condiciones de matriculación en educación infantil, para niños a partir de tres años, y aplicará la parte "más dura" del decreto de admisión de alumnado con el objetivo de que todas las plazas que ofertan los colegios concertados sean, en primer lugar, para los alumnos del municipio. En Paterna hay colegios de gran prestigio -La Salle y Liceo Hispano en el casco urbano, Dominicas (en la Coma), El Armelar (Terramelar) o Escuela 2 (la Canyada)- que tienen mucha demanda de plazas por parte de vecinos de Valencia, dada su proximidad, que se empadronan en la población de l'Horta para que sus hijos puedan optar a una plaza.

El concejal de Educación, Ignacio Gabarda, explicó ayer que tienen constatado, a lo largo de los años, un descenso del padrón, cuando pasa el periodo de matriculación, por lo que "queremos evitar la picaresca para que todas las plazas educativas del pueblo sean para niños del pueblo. Cuando hay holgura de plazas no es un problema, pero sí cuando hay mucha demanda y quedan niños del pueblo fuera que también quieren ir a esos colegios".

Por ejemplo, en el curso pasado, una unidad entera de 20 alumnos de la escuela infantil La Gacela, que está adscrita a La Salle, no pudo obtener plaza en este reconocido centro escolar del barrio de Campamento. "El empadronamiento no es un documento fiable porque existe la picaresca y vamos a combatirla", advirtió Gabarda, que conoce perfectamente el mundo educativo porque fue director de un colegio de la Coma durante muchos años.

Ayer se reunió la Comisión de Escolarización, tras acabar el período de preinscripción de la matrícula, y ahora se abordará la revisión de solicitudes, que se mirarán con lupa para comprobar que los padres o tutores realmente viven en Paterna y no se han empadronado adrede para matricular a sus hijos. La legislación (decreto 33/2007) prevé que se acredite el domicilio con la presentación del DNI de los padres, así como con un recibo de luz, agua, teléfono o un contrato de alquiler. Gabarda expuso que se acogerán a la norma "más dura" del decreto. Y en el caso de que existan "discrepancias" entre los domicilios que figuren en ambos documentos se requerirá un certificado de residencia, que debe librar el ayuntamiento, con lo que éste investigará si realmente los solicitantes de plazas escolares para sus hijos viven todo el año en Paterna.