En plena crisis económica, con miles de viviendas sin vender en la comarca de la Safor, muchas de ellas en zonas de playa, la empresa Gandia Desarrollo ha iniciado la mayor urbanización proyectada nunca en esta ciudad, que dará cabida a 1.700 viviendas y que prolongará el casco urbano del Grau hacia Gandia y hacia el cauce del Serpis, cuya ribera se convertirá en jardines y espacios abiertos.

En medio de un panorama que muchos ven negro, la empresa gandiense vislumbra un atisbo de esperanza y el pasado domingo, junto a las autoridades locales de Gandia, puso la primera piedra de una actuación que se prolongará entre 18 y 24 meses. A partir de ese momento vendrá lo más difícil: encontrar clientes que compren pisos para poderlos construir.

Miguel Ródenas, consejero delegado de Gandia Desarrollo, lo dijo cuando anunciaron las obras y lo repitió ayer, en declaraciones a Levante-EMV. "Tenemos mucha fe en este proyecto". Y añadió que, si bien el ritmo de construcción de viviendas dependerá del mercado, lo cierto es que "no todo está tan mal". En su opinión, "hay zonas que dentro de dos años arrancarán de nuevo y otras que no lo harán hasta dentro de veinte", pero queda claro que para los responsables de Gandia Desarrollo esta ciudad figura entre las candidatas a salir de la crisis antes que muchas otras".