­La Colla de Campaners d’Alberic no está dispuesta a suspender el toque nocturno de las campanas, entre otros motivos, porque obligaría a parar la maquinaria del reloj y reiteró ayer su voluntad de mantener un «patrimonio cultural» con casi tres siglos de historia ateniéndose «al cumplimiento de la legislación vigente», es decir, sin superar los niveles que establece la Ley de Protección de la Contaminación Acústica como, según aseguran, han tratado de hacer desde el primer requerimiento del consistorio. Dos miembros de la Colla que ejercen también como portavoces de la iglesia de Sant Llorenç en materia de patrimonio procedieron ayer a realizar un nuevo ajuste en el mecanismo del reloj con el objeto de reducir la emisión sonora y confirmaron que la parroquia presentará alegaciones contra la sanción de 600 euros que pretende imponer el ayuntamiento por el exceso de ruido nocturno, que consideran «absurda». Es más, consideran que el ayuntamiento se equivoca con el destinatario de la sanción cuando, en última instancia, el reloj «es municipal», señaló Ximo Briz, mientras comentaba que la multa «sería aplicable al alcalde».

Como ayer adelantó Levante-EMV, el ayuntamiento ha notificado a la iglesia de Sant Llorenç la apertura de un expediente sancionador que propone una multa de 600 euros, a la vez que ordena al párroco que de forma inmediata suspenda el toque de las campanas vinculadas al reloj entre las 22 y las 8 horas, con la advertencia de que si no lo hace en un plazo de diez días suspenderá el suministro eléctrico al reloj. La queja de un vecino al Síndic de Greuges por las molestias que le ocasionan las campanas por la noche está en el origen de esta resolución municipal.

Ximo Briz y Javier Martínez, en representación de la Colla de Campaners y de la iglesia, explicaron ayer que esta orden es de imposible cumplimiento por una cuestión técnica y defendieron que el toque de campanas señalando los cuartos y las horas es un patrimonio cultural del pueblo de Alberic al que la agrupación no está dispuesta a renunciar. De hecho, se mostraron extrañados con la actitud del gobierno municipal cuando en la reunión que mantuvieron la semana pasada habían asumido el compromiso de reducir la emisión de las campanas y dejarla muy por debajo de lo que establece la ley.

Es más, aseguran que según las mediciones que ellos mismos han realizado en la calle, las señales horarias no superan el nivel sonoro permitido, explicó Martínez, mientras detallaba que después del primer requerimiento tras una medición que, según detalló, superaba en sólo 5,4 decibelios el límite legal, ya se encargó a una empresa un primer ajuste.