Residen en la plaza de la Libertad desde 1999, en un piso que compraron para vivir con sus dos hijos. Era céntrico, estaba cerca de la zona escolar a la que irían sus hijos y podían pagarlo con sus recursos. Ziyad trabajaba en un aserradero de Picanya y antes había tenido otros oficios, desde que llegó a España para estudiar, y Fátima se ocupaba de los niños, a la espera de incorporarse también al mercado laboral. Durante nueve años pagaron las mensualidades de la hipoteca religiosamente. En 2008 Ziyad se marchó a Katar por dos años a trabajar y allí ya comenzó a sufrir la crisis. Al volver a España, ya no pudo encontrar empleo. Desde 2009, la familia se retrasó en los pagos. Finalmente Ziyad -con nacionalidad española desde hace años- y Fátima dejaron de abonar el préstamo. Desde hace casi tres años no han pagado cuotas.

Por ello, la entidad bancaria con la que refinanciaron su préstamo, Caja Madrid, calculó la deuda en 127.000 euros del principal y 38.000 euros de intereses y costas. A principios de 2011 subastó la vivienda por la mitad, algo más de 97.000 euros. Y hace dos meses el banco acudió al juzgado a pedir que se ejecutara el desahucio, que tiene que hacerse efectivo esta misma semana.