El oleaje ha arrastrado hasta la cala de la Manzanera de Calp el cadáver de un delfín mular. La policía local recibió un aviso del 112. Unos vecinos advirtieron de que el animal estaba varado en las piedras de esta cala. El biólogo municipal de Calp, Manuel Miró, indicó ayer a este diario que el delfín era hembra y medía 2,25 metros. Era, por tanto, un ejemplar adulto.

El cadáver estaba muy descompuesto. La policía avisó a la unidad de biología de la Universidad de Valencia, que es la encargada de recoger los cetáceos que aparecen muertos en las playas de la Comunitat. Pero cuando la encargada de esta unidad recibió las fotos descartó llevarse el animal. Estaba tan deteriorado que ya resultaba imposible comprobar si presentaba heridas. También era ya tarde para hacerle la necropsia.

Al final, el ayuntamiento se hizo cargo del cadáver, que retiró de la playa. Desprendía ya un fuerte olor. Se decidió enterrarlo en una parcela municipal.

Ya hacía tiempo que no quedaban varados cetáceos en las playas de la Marina Alta. En marzo del pasado año, también apareció muerto otro delfín en el litoral de Calp.

En 1990, 2007 y 2011, se produjo una epidemia del virus morbillivirus que acabó con miles de delfines, sobre todo listados, en el Mediterráneo occidental. Pero ahora, cuando llega a una playa un cetáceo moribundo o ya muerto, suele ser porque ha sufrido heridas de la hélice de una embarcación o al engancharse en redes de pesca.

El delfín mular es una especie muy extendida en el Mediterráneo. Se calcula que en las costas valencianas hay más de 2.500 ejemplares.