La posidonia oceánica es una bendición. Sus praderas sumergidas dan protección y alimento a la especies marinas. Sus hojas muertas, arrastradas por el mar a las playas, forman una barrera natural que frena la regresión y la pérdida de arena. Ahora los arribazones de esta planta acuática endémica del Mediterráneo han plantado cara al temporal que ha azotado el litoral de la Marina Alta. En la playa de la Marineta Cassiana, se ha levantado de nuevo este otoño un dique de arribazones. En los últimos inviernos, esta barrera ha permitido que esta playa gane incluso arena. Ahora la posidonia ha soportado los embates de la tempestad y ha frenado en seco la erosión. El oleaje ha golpeado con fuerza. Ha abierto brechas en el muro de arribazones. Pero sin esta protección el mar se hubiera tragado la playa.