El tren entre Gandia y Dénia, ahora Tren de la Costa y que las comarcas de la Marina Alta y la Safor reivindican desde hace décadas, vuelve a encallar. No hay forma de que el proyecto tome un poco de impulso. Ahora el ministerio para la Transición Ecológica ha pedido nuevos informes sobre el impacto ambiental de este ferrocarril en zonas sensibles el parque natural del Marjal de Pego-Oliva. Los presupuestos del Estado sólo destinan 50.000 euros para el tren. Ese dinero es, precisamente, para realizar unos estudios de afección ecológica que el secretario general de Infraestructuras del ministerio de Transportes y Movilidad, Sergio Vázquez, confía en que estén listos a mediados de 2022.

Novedad no hay mucha. El tren avanza a paso de tortuga. El alcalde de Dénia, Vicent Grimalt, se reunió el martes con Vázquez en Madrid. Ayer trasladó a los munícipes de Pedreguer, Gata, Ondara y Pego que el proyecto sigue en el trámite de los estudios ambientales.