Muchos vecinos de la Marina Alta han descubierto en esta era de la pandemia que aquí mismo, en Pedreguer, hay un remanso de paz y de salud. Es terapéutico pasear por el Jardí de l’Albarda. La naturaleza cambia cada día. Y, además, quienes llevan un tiempo sin asomarse a este jardín mediterráneo se sorprenderán de que en el auditorio suene el rumor del agua (el espacio se ha reinventado). La mitología también surge entre la frondosidad. Ahora se ha creado el Jardí de Diana. Las columnas y la estatua de la diosa se reflejan en el estanque.

Un «auditorio» para escuchar el agua y el «Jardí de Diana»