Un equipo de cinco arqueólogas y arqueólogos están rastreando en las últimas semanas los últimos pasos de los íberos en la provincia de València. Algunos de ellos, como Kelin (Caudete de las Fuentes) y La Seña (Villar del Arzobispo) están parcialmente excavados, pero Los Chotiles y Campo de Herrerías están por descubrir. No solo eso: además de los valencianos, también se van a inspeccionar las necrópolis que hay datadas en Valdeganga (Albacete), Los Majanos y Casas del Monte. Esto es gracias al proyecto GeoIbers, entre la Universitat de València, la de Castilla-La Mancha y la Norwegian Univeristy of Science and Technology de Trondheim, en Noruega, quien ha prestado el magnetómetro y un GPR, un radar de penetración, así como la técnica que interpretará los datos, Carmen Cuenca, valenciana afincada en el país escandinavo.

El dispositivo GPR en Kelin, en una zona no excavada. | UV

El objetivo del equipo de arqueólogos es conocer el urbanismo de los hábitats, como el de Kelin y el de La Seña, así como las zonas de explotación metalúrgica que son Los Chotiles y Campos de Herrerías. En estos últimos, casi por tocar, la arqueóloga e investigadora principal del proyecto GeoIbers, Xelo Mata, asegura que se buscan los hornos donde transformaban el metal. «Hay muchos restos de escoria en superficie, son inmensas dimensiones de materiales de hierro, pero no sabemos dónde está el sitio concreto porque es la primera vez que se va a estudiar» explica Mata, que comparte investigación con David Quixal, Agustín Díez y Lucía Soria.

Tanto en Kelin como en La Seña, ampliamente conocidos y abiertos al público, se ha ampliado la zona de estudio para sacar la radiografía del subsuelo para hacer una reconstrucción en 3D, sin necesidad de tener que excavarlos. «La radiografía detecta piedras y muros, incendios, fosas, calles o explanadas porque detecta las alineaciones urbanas», señala la arqueóloga principal.

En las necrópolis de Albacete van a ciegas. «Queremos ver cómo responden los aparatos a estas construcciones, ver cómo las detecta sin excavarlas. Si no hay hoyos o restos de incineración, no sabemos qué podrá detectar», explica Mata.

Tanto Kelin como La Seña fueron devastadas por los romanos cuando Pompeyo venció a Quinto Sertorio, quien había recibido el apoyo de ambos pueblos. Fueron abandonados entre el siglo II y I a. C. y nunca más fueron repoblados.