J.R./A.E./J. G. G., Valencia.

La reforma del Estatuto valenciano, cuya propuesta se tramita en el Congreso de los Diputados, centró el discurso de Francisco Camps, en el tradicional acto institucional que se celebró ayer en el Palau de la Generalitat con motivo de la celebración del Nou d$27Octubre. Pero más que una reflexión sobre la reforma estatutaria en sí misma, el presidente defendió el proceso valenciano para compararlo, aunque sin citarlo expresamente, con el impulsado desde el Parlamento catalán. Su alocución, que pronunció íntegramente en valenciano, sirvió para desplegar la posición del Partido Popular en el debate generado en torno al modelo territorial.

Camps defendió la reforma consensuada porque «reforzará la estabilidad política e institucional de nuestra Comunidad y del conjunto de España» y aseguró que se trata de un documento que «recoge las nuevas aspiraciones de nuestro pueblo, pero uniéndolas a las del resto de españoles». Para el presidente, el texto compatibiliza la «salvaguarda de la diversidad con la necesaria cohesión». «Esta iniciativa viene a reafirmar el acierto de nuestro modelo constitucional de articulación territorial»,insistió.

La defensa de la Constitución y de la organización territorial de España son los principios fundamentales que, según explicó Camps, dan sentido a la reforma estatutaria: «La Constitución -dijo-es punto de partida, punto de encuentro y punto de destino para el pueblo valenciano». Y «lejos de poner en duda los principios de igualdad y solidaridad», añadió, «hemos hecho de ellos punta de lanza de nuestra actuación». Destacó que la nueva carta magna no pretende «forzar la reforma de la legislación estatal, ni condicionarla, ni reorientarla». «Nunca hemos pedido privilegios. No los queríamos para nosotros ni tampoco para otros. No queríamos ser más que ninguno, pero tampoco menos», sentenció el jefe del Ejecutivo en clara alusión, por un lado, a las aspiraciones contenidas en la propuesta estatutaria catalana y, por otro, a la denominada cláusula Camps.

Por otro lado, se mostró convencido de que el nuevo texto «deja atrás, definitivamente frustraciones y traumas históricos». Y recordó que el gran objetivo era conseguir que esta reforma estuviera culminada en 2007, una fecha cargada de simbolismo porque, tal como recordó, será cuando se cumpla el tercer centenario de los decretos de Nueva Planta que abolieron el régimen foral.

Acto seguido, el presidente hizo una cerrada defensa de la organización territorial surgida del compromiso constitucional de 1978 y resaltó que en ese proceso las distintas fuerzas políticas fueron capaces de aparcar sus diferencias en asuntos fundamenteles para conseguir esa concordia. «Ese espíritu que impregnó la Constitución ha sido posible de nuevo en Valencia y es necesario para España», proclamó.

«Momento histórico»

En este sentido, el jefe del Consell hizo hincapié en el concepto de lealtad a España, una idea que reiteró en varias ocasiones. «[En la reforma del Estatuto valenciano] tuvimos siempre como pauta la lealtad y el servicio a los intereses de España (...) queríamos realizar la reforma en las Cortes Valencianas siendo leales a nuestros intereses y a los de España». Y fue más allá. El presidente concluyó su discurso institucional con motivo del día de la Comunidad Valenciana, recordando «la lealtad a la corona» simbolizada mediante dos letras en el escudo de la ciudad. E insistió: «Quiero reiterar nuestro compromiso inequívoco con ese gran proyecto común que estamos construyendo desde la Constitución, todos los españoles, como nación», dijo. Camps, que inició su discurso, haciendo mención a la inauguración el día anterior del Palau de les Arts, tuvo más palabras de reconocimiento hacia la Corona. En concreto, se refirió a la presencia en el acto de la Reina Doña Sofía que «corrobora la estrecha relación que une la la Corona a nuestra tierra». Según dijo, las «constantes muestras de apoyo» que los Reyes ha prestado a iniciativas surgidas desde la Comunidad «ponen de relieve la fortaleza de ese vínculo que tradicionalmente ha unido los valencianos a sus reyes».

Tras mostrarse convencido de que la Comunidad vive un «momento histórico», aseguró que esta circunstancia no ha pasado desapercibida por los observadores nacionales e internacionales. «Algunos de ellos la comparan abiertamente con nuestro Siglo de Oro, aquel tiempo de esplendor en el que nuestros pensadores, artistas, políticas, pontífices y mercaderes hicieron de nuestra tierra uno de los centros neurálgicos de una Europa que descubría el Reconocimiento de las artes y el saber, afirmó.