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«Tendrán que aceptarlo, aunque esté en Cáceres»

A. G., Valencia

El conflicto por el ducado de Valencia está «finiquitado sin remedio». Lo afirma Luis Vallterra, abogado experto en asuntos nobiliarios que ha representado durante todo este largo proceso a a Juan Narváez Díaz, quien no ha desfallecido en su empeño por obtener el título. Incluso alteró el orden de sus apellidos para anteponer el del conocido general y gobernante del siglo XIX.

Vallterra no esconde ahora, en declaraciones a Levante-EMV, su satisfacción por el resultado final, ni tampoco su enfado por la demora y por la actitud de los representantes de las instituciones valencianas. Cita en especial a la alcaldesa, Rita Barberá, de la que critica que «se le ocurrió oponerse a que el título lo llevara un señor extremeño». «Mientras existan los títulos nobiliarios -agrega vehemente- tendrán que aceptarlo, aunque esté en Cáceres». Y apostilla que las cosas de nobleza no tienen nada que ver con la geografía.

Una de las soluciones que algunos expertos plantearon para eliminar el conflicto fue la de cambiar el nombre del ducado (que no fuera de Valencia, sino de Narváez), pero el letrado asegura que nunca se ha entablado una negociación con este fin. «Me opuse y la Diputación de la Grandeza me dio la razón», afirma.

Luis Vallterra, afincado en Madrid, pero de origen valenciano, opina que la actitud del Ministerio de Justicia fue la de intentar dejar el tema muerto. Esta es una de las razones de que, a pesar de tener una sentencia de la justicia ordinaria en 2001 que acogía sus derechos, Juan Narváez no haya obtenido el ducado hasta 2006.

La rápida sucesión de ministros de Justicia durante la última etapa de Aznar es uno de los motivos, señala el especialista, de que ninguno quisiera afrontar el asunto. Máxime cuando suponía una posible colisión con otras instituciones también gobernadas por el PP.

Juan Narváez rechazó atender a este diario y declinó cualquier comentario sobre el asunto.

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