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Algunas fiscalizaciones del pasado han dado más de un disgusto al actual responsable de la Universidad Internacional Valenciana. En la auditoría de 2006 sobre la Fundación de la Comunidad Valenciana para el Estudio de la Violencia, que también dirige Sanmartín, la Sindicatura de Comptes destacaba la existencia de "servicios facturados por el director de la fundación -el propio Sanmartín-, ascendiendo el total contabilizado durante 2006 a 52.091 euros, de los que no consta la aprobación por parte del patronato en el ejercicio de sus competencias en materia de contratación". "No se ha justificado -añade el Síndic- que la naturaleza de los trabajos a realizar sea incompatible con la aplicación de los principios de publicidad y concurrencia establecidos en la disposición adicional sexta del texto refundido de la ley de hacienda pública valenciana".

Esto es, que el ex conseller, que no cobraba un sueldo de la fundación, se contrató a sí mismo por importe de 52.000 euros sin que conste que lo aprobara el patronato ni que se siguiera un procedimiento licitatorio.

Gastos sin soporte "apropiado"

La auditoría privada que la Intervención General de la Generalitat encargó sobre la gestión de la Fundación para el Estudio de la Violencia referida a las cuentas de 2007 también pone de relieve que durante ese ejercicio la entidad contabilizó gastos por importe de 12.970 euros "sin soporte documental suficiente y apropiado". Esto es, la ausencia de facturas justificativas.