?

El plato fuerte que Presidencia de la Generalitat tenía preparado para evitar que el caso Gürtel fuera el centro de atención del debate fue servido en el minuto uno. El jefe del Consell arrancó su discurso con la anunciada rebaja fiscal, una medida que contrapuso a la subida de impuestos del Gobierno de Zapatero. En concreto, el Ejecutivo rebajará en 2010 un 10% el tramo autonómico del IRPF a las familias con dos o más hijos y con unos ingresos inferiores a 24.000 euros. Según añadió, se beneficiarán un total de 315.000 familias que dejarán de ingresar a las arcas autonómicas casi 16 millones de euros. Con estos datos, la media de ahorro por unidad familiar apenas alcanzará los 50 euros.

Camps compensará su rebaja fiscal con un plan de austeridad con el que piensa ahorrar 308 millones de euros al año, una medida que conlleva recortes en gasto corriente, pero también en subvenciones, inversiones y personal. Así, junto a la anunciada congelación de los sueldos de altos cargos, Camps habló de limitar la contratación de personal para cubrir puestos vacantes y de paralizar las ofertas de empleo público. La plantilla de la Generalitat sólo crecerá de manera excepcional para cubrir puestos en centros sanitarios, educativos y órganos de Justicia y centros asistenciales, dijo. De igual modo, sólo estos sectores verán respetados los acuerdos alcanzados en materia retributiva, lo que, en principio, deja fuera al personal de la Generalitat con el que el presidente se había comprometido el año próximo a empezar a pagar la carrera profesional.

De otro lado, el Consell prevé recortar un 5% los gastos de funcionamiento y un 35% las transferencias corrientes (subvenciones), salvo en aquellos programas de gasto social. El otro foco del plan de austeridad será el sector público. Se reducirá el número de empresas públicas y organismos fusionando aquellos que tengan competencias compartidas y se centralizará su tesorería para un mayor control. Por último, Camps señaló que se racionalizará la inversión, una expresión que apunta, con toda probabilidad, a que la tijera también se dejará notar el año próximo en los capítulos VI y VII del presupuesto. El presidente dijo que se primarán aquellas inversiones productivas ligadas al Plan Confianza. El Plan de Austeridad -apuntó el presidente- será analizado con los agentes sociales, a los que convocará en el marco del Pavace.

Otra de las medidas estrella del debate fue el anuncio de la puesta en marcha de un nuevo plan de infraestructuras que abarcará la década que va del 2010 al 2020, dotado con 25.000 millones, una financiación que incluye capital privado. El presidente sólo detalló algunas actuaciones, en su mayoría, obras pendientes del actual Plan de Infraestructuras. En su intervención, Camps hizo un minucioso relato de las actuaciones de su Gobierno en los distintos sectores. Hubo pocos compromisos nuevos, y mucha declaración de intenciones, como la reivindicación de la llegada del AVE o la defensa del trasvase del Ebro.