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Albiñana pasa factura a la Transición

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"Fuimos derrotados, pero no vencidos", afirma Josep Lluís Albiñana (Valencia, 1943) sobre aquellos años de la batalla de Valencia en una larga entrevista al semanario El Temps, en la que, pese a la distancia y el desencanto, expresa una fidelidad total a las ideas nacionalistas.

El ex presidente, que afirma estar en "el exilio personal", pasa revista a los protagonistas principales de la Transición valenciana, de uno y otro color. Uno de los que sale peor parado es el ex vicepresidente del Gobierno Fernando Abril Martorell (UCD), al que califica de "antipolítico".

Con Manuel Broseta utiliza una paleta de más matices. "Listo", dice, "le gustaba la cuestión nacionalista con delirio". Y también posibilista: el hombre que conoció en los estertores del franquismo, explica, "no tenía nada que ver" con el político de la Transición, ansioso de poder.

Un perfil similar dibuja de otra víctima de ETA, Ernest Lluch, que informaba a Alfonso Guerra en un intento de "aproximarse a la dirección del PSOE".

"Felipe González nunca me engañó porque nunca creí en él", sostiene en otro momento. Y del que sería líder del socialismo valenciano, Joan Lerma, recuerda una comida en la playa, en la que le dijo que "eso del nacionalismo cultural era de la Universitat".

Tampoco Alfons Cucó y Vicent Soler se libran de un dardo irónico de Albiñana. Este asegura que si la autonomía hubiera llegado por la vía rápida (artículo 151) "al día siguiente hubiera fundado un nuevo partido político que buscara la consolidación nacional". ¿Estarían Cucó y Soler?, le preguntan y él se ríe y responde: "Estos seguro que no hubieran querido".

Un personaje muy activo en aquella etapa fue la ex directora de Las Provincias María Consuelo Reyna. "Pérfida", la llama. Y la acusa de manipular a Broseta.

Albiñana se desmarca de la corriente que atribuye a la UCD la creación del blaverismo. La responsabilidad, opina, fue de la extrema derecha y la UCD se aprovechó de ello. Al respecto, del entonces presidente de la Diputación de Valencia Ignacio Carrau dice que se arrepiente de "no haber hecho más el animal con él".

Treinta años después de la batalla de Valencia, Albiñana afirma que aún no ha encontrado todas las claves de aquel episodio. Y en un ejercicio de autorreflexión, confiesa: "Nos equivocamos al creer que, como no era nacionalista, no teníamos burguesía". "Era lo que ahora vemos", sentencia.

El ex presidente asegura que sus posiciones políticas -fue el hombre del aterrizaje del PSOE en Valencia- han sido precipitadas y que sólo se siente identificado con un proyecto nacionalista. "Nadie me traicionó; fui víctima de un proyecto global", razona

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