"Se necesitan mujeres de entre 20 y 40 años, con fines matrimoniales, para pueblo del Pirineo aragonés. Se atiende de 20 a 22 horas. Llamar al 974 506 048". Maxi Matías tenía 29 años y trabajaba como empleada de hogar cuidando niños en Valencia, su ciudad natal, cuando leyó este anuncio en la prensa. Hoy, 25 años después, no se arrepiente para nada de haber marcado el número del bar Ruche, el único que entonces había en este pueblo de 180 habitantes. "Estoy doblemente contenta en Plan, porque aquí encontré mi marido, me case y he tenido dos hijos", responde al teléfono cuando Levante-EMV le sorprende recien llegada de la comida con la que se han abierto en este municipio del Valle de Chistau los actos en recuerdo del 25 aniversario de la primera "Caravana de mujeres".

Maxi fue una de las 110 mujeres de toda España que contestaron al anuncio de los mozos de Plan idearon en la noche de un domingo 3 de enero como el de ayer, pero hace ya un cuarto de siglo, cuando un grupo de ellos se encontraba en el único bar de este pequeño pueblo oscense viendo la película del Oeste "Caravana de mujeres" que proyectaba TVE.

En los autobuses que les llevaron de Zaragoza, Madrid y Barcelona a Plan el jueves 7 de marzo había "7 u 8 de Valencia, pero yo fui la única que me case", recuerda Maxi. Y eso que no tenía muchas esperanzas de encontrar novio. "Vine con mucha ilusión, me dije 'voy a la fiesta, y si sale bien...'". Y salió, fue en el último momento, pero salió.

Flechazo en el último instante

Era el tercer y último día del encuentro, cuando quedaban pocas horas para iniciar el camino de regreso a Valencia, cuando Maxi conoció a José Serveto, que entonces tenía 42 años. Empezaron hablar, se intercambiaron los teléfonos, quedaron en llamarse, en escribirse... y hoy preparan con ilusión sus bodas de plata junto a sus dos hijos, José y Esther, que tienen 23 y 20 años.

Maxi y José fueron una de las 30 parejas que salieron de aquella "caravana" que llegaron hasta el altar. Ellos se dieron el "sí quiero" el 28 de septiembre de ese mismo año.

La razón del éxito de esta primera de las cuatro "caravanas", las otras "ya no fueron lo mismo" lamenta Maxi, fue según ella la honestidad y el cariño con que las recibieron los "mozos". "Fue una fiesta muy bonita, nos trataron con mucho respeto y educación, y nos acogieron muy bien, tanto los chicos como las mujeres de las casas en los que nos quedamos a dormir durante esos tres días", apunta.

Y todo esto a pesar del mal trago que pasaron al bajar del autobús al ver que "había más periodistas que gente del pueblo". "Había muchísima prensa y nos pusimos muy nerviosas", dice mientras en las fotos de la época se puede ver como alguna de ellas corrió las cortinas del coche con el fin de evitar los flashes de las cámaras.

Pero, aquello se olvidó, y Maxi se siente hoy más de Plan que de Valencia. "La vida me ha cambiado mucho, me he tenido que adaptar a otro clima y a otras costumbres, pero he tenido todo el apoyo de mi marido. Aquí se vive muy bien, con frío, sí, pero muy bien".

Una noche en el bar Ruche con Taylor como inspiración

El día en que los solteros de Plan decidieron emular a Robert Taylor no se imaginaron que su idea acabaría dando la vuelta al mundo. Acababan de ver al galán de Hollywood protagonizando el western "Caravana de mujeres", dirigido por William Wellman en 1951. Las peripecias de Taylor al frente de un grupo de vaqueros que debían llevar a un grupo de mujeres hasta un nuevo pueblo del Oeste les sirvió de inspiración para poner un anuncio en un periódico regional mediante el cual pedían mujeres con fines matrimoniales. Plan, no era el Lejano Oeste, pero la idea cruzó el Atlántico. Lo que comenzó siendo una "inocente" iniciativa de un grupo de solteros que se aburrían una noche de domingo en el bar Ruche, el único del pueblo, acabó en los titulares del informativo de una televisión de EE UU y de ahí a revistas y diarios de todo el planeta. Hasta "Levante" envió un reportero y un fotógrafo a Plan. R. M. valencia