Por si no había quedado suficientemente claro, el portavoz del PP y conseller de Solidaridad, Rafael Blasco, lo dijo bien alto en la reunión con sus diputados previa al pleno de las Corts: "Mientras el grupo esté unido y no quiera, al presidente [Camps] no lo quitan ni con agua caliente". "Ni el Tribunal Supremo ni los TSJ son los que tienen que decidir la continuidad del presidente; somos los diputados los que lo elegimos, y los ciudadanos los que lo votan", pusieron en boca de Blasco varios asistentes. "Con independencia de lo que se está escribiendo sobre el día 12, al presidente lo eligen los diputados y, por tanto, no lo quitan ni con agua caliente", insistió.

La contundencia llevó a los populares a analizar el alcance de las palabras de Blasco. ¿Se está preparando la dirección para lo que viene el 12 de mayo, cuando el Supremo resuelva si se reabre la causa de los trajes devolviéndola al TSJ valenciano? En ese supuesto, se da por sentado entre los populares valencianos que las presiones de Génova para que Camps (quien pasará a estar de nuevo imputado) renuncie serían enormes, de ahí que varios incluso vislumbraran en la frase del portavoz un mensaje a Génova. ¿Se reivindicó el propio Blasco, en el sentido de que los diputados y él como jefe de filas son los que deciden? La dirección se esforzó en elevar la moral de la tropa. El secretario general, Antonio Clemente, pasó por los escaños mostrando la encuesta del partido en la que el PP barre al PSPV.

Suplantar al juez

Para redondear la jornada, Blasco anunció en los pasillos la presentación de la proposición no de ley de tramitación "urgente" de reprobación del portavoz socialista, Ángel Luna. Los populares han precipitado esta censura política de cara a la sesión de control de hoy, la última de Camps antes del día 12. Y ello pese a que el PP presentó una denuncia en el juzgado por la exhibición en el pleno del informe policial sobre la visita del Papa a Valencia, que entonces se encontraba bajo secreto de sumario. La reprobación deja en evidencia los argumentos esgrimidos hasta ahora para vetar iniciativas alegando que versaban sobre asuntos "sub iudice". La pregunta hoy de Luna a Camps es precisamente por el viaje del Papa.

La censura se justifica por el informe que exhibió Luna pero también por su "conducta y actitud continua de descalificaciones, insultos, falsas afirmaciones e imputaciones sin base justificada que persiguen el descrédito del PP". El argumento bien valdría para sancionar a un militante del PP pero es muy dudoso que sirva para reprobar a un adversario político por las manifestaciones en las Corts. "Queremos poner coto a la actitud indigna de quien utiliza la inviolabilidad parlamentaria para fomentar un clima de crispación", dijo. Las diputadas del PP también van a reprobarlo por un chiste sobre adulterio en un debate con Camps.

Luna, quien ayer respondió a los requerimientos de la Mesa pidiéndole explicaciones por el informe que la reprobación del PP es una iniciativa "extra reglamentaria", acusó a los populares de buscar "desviar la atención" sobre las responsabilidades de Camps pero advirtió que en un proceso "el foco mediático se centra en el presunto delincuente y no en el abogado de la acusación".

Luna friendo huevos en el despacho del portavoz del PP

El portavoz popular aprovechó la reunión con sus diputados para hacer la broma. Como en la última sesión de control, el presidente Camps dijo que, con su estrategia, el síndico socialista, Ángel Luna, ha beneficiado electoralmente al PP, hasta el extremo de que en la sede del partido le pondrán algún "recuerdo", Blasco se sacó ayer un cuadro con una fotografía de Luna que, dijo, va a colgar en su despacho. La imagen es la que acompañó hace meses un reportaje desenfadado y retrata a Luna, con gorro de cocinero, friendo huevos. Todos se rieron.