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El aparente respiro que ha dado los últimos días la dirección nacional del Partido Popular al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, no ha detenido, sin embargo, los movimientos entre bambalinas de los barones provinciales tratando de colocar en la carrera por la sucesión algunos nombres de su confianza. Y el líder alicantino, José Joaquín Ripoll, no parece renunciar a su cuota de protagonismo frente a un Alfonso Rus cuya influencia -en alianza política con el conseller Blasco- no ha dejado de crecer en los últimos meses.

Como ha publicado este diario, la sintonía que había surgido entre los líderes provinciales tras el estallido del escándalo Gürtel se ha desvanecido repentinamente, justo cuando empiezan a sonar los nombres ante un hipotético relevo.

Además, algunos líderes nacionales del partido, como el portavoz Esteban González Pons, o el presidente gallego, Núñez Feijóo, han pronunciado palabras de respaldo hacia Camps; y, por otro lado, el propio Rajoy está tomando cartas para que el protagonismo de Rus y Ripoll no se le vaya de las manos. Incluso ha trasladado al presidente del PP de Castelló, Carlos Fabra, que se recupera de una enfermedad en Madrid, la necesidad de poner orden en el seno del PPCV.

No obstante, y aunque Camps ha manifestado su intención de volver a presentarse en las autonómicas de 2011, los barones provinciales se mueven desde hace tiempo en el hipotético escenario de la sucesión, en el caso de que el presidente se siente en el banquillo de los acusados tras la decisión del Tribunal Supremo y Génova le obligase a dimitir.

Así las cosas, el líder alicantino está dispuesto a dar la batalla y no continuar a rebufo de Alfonso Rus, cuyo liderazgo e iniciativa dentro del partido se ha consolidado a raíz del vacío generado por el caso Gürtel. Su capacidad de convocatoria en la provincia de Valencia queda de manifiesto en cada acto.

En este contexto, José Joaquín Ripoll piensa en la ex consellera y diputada autonómica Gema Amor como la persona que podría dar la batalla en una hipotética carrera por la sucesión si Camps finalmente se marchara; una carrera a la que el PP alicantino no parece dispuesto a renunciar.

Ripoll, consciente de que su enfrentamiento directo con Camps y con el campsismo alicantino le inhabilita como futuro hombre de consenso de todo el PP valenciano, tendría su baza en Amor, según señalaron fuentes del PP.

Ex consellera con Camps

Amor (Benidorm, 1972) es una dirigente de cierto recorrido a sus 37 años. Fue la benjamina del primer gobierno de Francisco Camps, entre 2003 y 2007, cuando el zaplanismo aún sobrevivía en el Consell. Pasó por Agricultura y, durante la misma legislatura, se hizo cargo de Cooperación.

Nadie obvia que fue precisamente su lealtad inquebrantable al zaplanismo lo que la sacó del equipo de Camps. Hoy es una señalada ripollista, con su cargo de portavoz de la dirección provincial. Pero también continúa como diputada autonómica, lo que para muchas la convierte en una candidata ideal para tender puentes entre Valencia y Alicante. Y, sobre todo, la mejor alternativa si Ripoll pretende hacer ruido y ganar espacio en el PPCV y el Consell si la era Camps toca a su fin.