Tras rezar el Ángelus en su palacio y cumplir 436 días al frente de la sede valentina, el arzobispo Carlos Osoro anunció ayer la profunda reestructuración territorial de la archidiócesis de Valencia que había adelantado Levante-EMV hace un mes. Las vicarías episcopales territoriales aumentan de 5 a 8, y los 67 arciprestazgos se reducen a 34, justo la mitad. De este modo, Osoro altera el esqueleto jerárquico vigente en la Iglesia valenciana desde los años sesenta y lo hace, además, con un golpe de autoridad: la reforma ha apartado a todos los vicarios episcopales nombrados por García-Gasco. Esto supone el auténtico fin de la anterior etapa episcopal y dinamita cualquier hipótesis de mandato bicéfalo entre Osoro y su predecesor.

A pesar de que el nuevo equipo del obispo cántabro cuenta con "un perfil más moderado, conciliador y cercano a la curia", según interpretaron ayer fuentes eclesiásticas, la reestructuración destaca por la entrada como vicarios de dos seguidores del Camino Neocatecumenal de Kiko Argüello. Por un lado, José Ramón Crespo, nuevo vicario para la zona sur de la ciudad de Valencia y que actualmente dirige la parroquia de Santo Tomás Apóstol y San Felipe Neri de Valencia, lugar de confluencia de la mayor parte de comunidades de kikos de la Comunitat Valenciana. Otro distinguido kiko elevado por Osoro es Rafael Reig, párroco de los Santos Juanes de Cullera y ahora nombrado vicario de La Ribera.

El resto de vicarios son sacerdotes de consenso. En Valencia norte ha sido nombrado Miguel Díaz Valle, párroco del Santo Ángel Custodio. José Javier Llopis Portes, conocido por su voluntad integradora de todas las corrientes, asume las riendas de la vicaría del área metropolitana de Valencia. La demarcación de Moncada-Sagunt recae en José María Taberner Andrés, con fama de muy moderado. Arturo Ros, que fue enviado a Requena para solucionar un conflicto eclesiástico entre dos sacerdotes, es recompensado ahora con la vicaría de Llíria-Requena-Ademuz. Al frente de la vicaría de Xàtiva-Alcoi-Ontinyent ha sido nombrado un veterano de la zona: José María Payá Mataix, actual párroco de San José de Ontinyent. Por último, Jesús Sánchez Domínguez, párroco de San Francisco de Borja de Gandia y muy vinculado al vicario general de la curia Vicente Fontestad, será el nuevo vicario de la demarcación La Valldigna-La Safor-La Marina.

La reforma del arzobispo supone, además, la creación de dos vicarías funcionales o temáticas. La Vicaría de Evangelización "San Juan de Ribera" ha sido confiada al alcireño José Enrique Pérez Asensi. La Vicaría de Acción Caritativa y Social "Santo Tomás de Villanueva" recae en Vicente Serrano, que era el vicario episcopal de la hasta ahora antigua Vicaría II de la archidiócesis de Valencia. Es el único hombre de García- Gasco que sobrevive a la reforma, si bien es cierto que Vicente Serrano es el menos identificado de todos los antiguos vicarios con la era de García-Gasco. Además, el peso de las nuevas vicarías funcionales será menor que el de las vicarías territoriales.

Fuentes del ala progresista de la Iglesia valenciana lamentaron ayer que Osoro, "en su primera decisión seria, haya dejado pasar este buen momento para incluir en su equipo a algún miembro cercano al Fòrum o al entorno valencianista de la revista Saó".

El arzobispo sostiene que el cambio "no es una ruptura, sino una continuidad"

El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, afirmó ayer que la reestructuración de la archidiócesis valentina tiene como objetivo principal fomentar "un nuevo dinamismo misionero con ardor, método y expresión". También pretende "hacer más cercano el gobierno de la diócesis a todos", así como adecuar el número de vicarios episcopales "para poder trabajar mejor con los arciprestes de la diócesis".

Ahora bien: tal vez consciente del gran cambio de nombres respecto a la etapa anterior, Osoro -y más todavía su entorno próximo- quiso enfatizar ayer que la reorganización de la diócesis "no es una ruptura, sino una continuidad". De hecho, el arzobispo mostró su "agradecimiento" a los anteriores vicarios episcopales, quienes "han trabajado mucho y muy bien" y que le han "ayudado a escoger" a sus sustitutos, insistió. Los 37 arciprestes serán nombrados antes de que termine el verano para que en septiembre empiece a funcionar la nueva jerarquía.