El locutor de Radio Valencia Pedro Morata se ha metido también en el negocio de las discotecas. El empresario de ocio Javier Hernández y Morata han reabierto una discoteca de su Águilas (Murcia) natal que había permanecido cerrada durante 20 años. El bailadero de marras arrastra un voluminoso expediente administrativo salpicado de quejas vecinales. Morata asegura que se ha tirado a esa piscina —La Meca, que así se llama la discoteca, tiene una— por amistad. ¿Qué no hará este hombre «por unos amigos», como siempre dice?

Schwarzenegger, un cobardica al lado de nuestro Juan sin Miedo

California está tan canina que, a instancias del Senado, va a estudiar la posibilidad de convertir las matrículas de sus 35 millones de coches en soporte publicitario. El objetivo no es otro que achicar el agujero presupuestario estatal, cifrado en más de 15.000 millones de euros. Un fruslería si se tiene en cuenta que las deudas de la Generalitat Valenciana, a años luz del segundo estado más rico del mundo, se elevan a 15.386 millones, a los que hay que sumar los no menos de 2.368 que arrastran sus empresas públicas. Pero que, sin embargo, tienen muy preocupado a su gobernador, el valiente de película Arnold Schwarzenegger. Con lo tranquilo que está Francisco Camps.