El expresidente de Lo Rat Penat José María Boluda, de 61 años, dirige la empresa textil Juan Boluda. Aunque en un principio no quería concretar el dinero que va a aportar -300 euros al mes durante un año- y prefería no salir en la foto -"pon una etiqueta de anís del mono y quedará la mar de bien"-, al final accede a todo con un objetivo: ayudar al programa "Apadrina una familia" y que más empresarios sigan su ejemplo.

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¿Por qué dedicará 300 euros a sacar adelante a una familia?

Cuando ves lo mal que están algunas personas te llega muy hondo y te planteas cómo puedes ayudar. Esta cantidad [300 euros al mes] correspondería al pago del alquiler de una familia en una zona barata durante un año. A nivel personal, eso puede resultar algo apretado. Pero soportarlo desde una empresa ya no es tan fuerte. Muchas empresas valencianas podrían asumir este pago y tal vez no lo hacen porque no se les ha ocurrido.

¿Y qué gastos podría eliminar una empresa para sacar estos 300 euros al mes?

En mi caso, alguna vez ha venido un cliente a nuestra empresa y yo le he dicho que, en vez de irnos a comer, destinaríamos ese gasto a un acto solidario. El cliente se ha quedado encantado. El año pasado, por ejemplo, todo el personal de nuestra empresa se quedó sin cesta de Navidad. El importe total lo destinamos a la Casa de la Caridad.

Su ejemplo choca con el tópico del empresario sin escrúpulos alejado de los más débilesÉ

Yo no comparto ese tópico. La empresa tiene contacto con la realidad y la conoce muy bien. ¡Otra cosa es que no quiera verla! En este proyecto no vamos a solucionar nada, pero si todos los empresarios valencianos nos lo propusiéramos, llegaríamos a ayudar a miles de familias de nuestro entorno. Nos preocupa la gente de fuera, pero también hay que atender a las familias que están cerca de nosotros y lo pasan mal.

Es un estímulo que la ayuda de su empresa vaya a parar a una familia concreta y no a una organización abstracta?

Sí, es un estímulo. Al mismo tiempo, como ya he colaborado alguna otra vez con la Gran Asociación, confío plenamente en que controlarán el dinero. De hecho, no pienso ni acercarme para ver cómo lo administran.

¿No irá a ver a qué familia está ayudando?

Si se da el caso, sí, pero en estas cosas no hay necesidad deÉ Es decir: no quiero que me lo agradezcan, ni tampoco tengo el más mínimo interés en que me consideren su benefactor. Tal vez a algunas empresas valencianas les gustará verse fotografiadas junto a la familia a la que prestan ayuda, y no me parece mal. Pero yo no lo quiero así.

Quizá piense que, de estar al otro lado del programa, otros darían esta ayuda por ustedÉ

Estoy absolutamente seguro de que lo harían, absolutamente.