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Sanidad

Luis Rosado dijo que las resonancias volverían a la pública y luego se retractó

Sanidad hizo una ampliación de crédito de 1.081 millones de euros para pagar las exploraciones

Para aplacar la disidente voz de los radiólogos de la sanidad pública valenciana, que se oponían con sólidos argumentos profesionales y económicos a la privatización de las resonancias magnéticas, el entonces secretario general de la Conselleria de Sanidad y actual conseller, Luis Rosado, se reunió antes de fallar el último concurso, en 2008, con una decena de jefes de servicio para informarles de la posibilidad de que algunos de los equipos privados pudieran revertir e integrarse en la sanidad pública durante el plazo de diez años de vigencia de la adjudicación.

Entre los asistentes a aquella reunión se encontraba el jefe de servicio de Radiología del hospital Infantil La Fe, Héctor Cortina, que había sido muy beligerante con la propuesta de privatizar la prestación, que se impulsó durante el mandato de Zaplana .

La idea de que los equipos de Resonancia privados pudieran integrarse en los servicios públicos animó a los especialistas que, tras escuchar la propuesta de Rosado, comenzaron a plantear estudios de rentabilidad y eficacia y fórmulas que facilitaran la reversión.

El entusiasmo fue frenado en seco por el responsable sanitario que antes de que la reunión finalizara comenzó a echar balones fuera y se retractó de lo dicho.

La Conselleria de Sanidad atenazada por un déficit incontenible y por la presión de los proveedores sanitarios a quien les urge cobrar la deuda, necesita un sólido plan de vigilancia para controlar el gasto de los servicios privatizados, como el de las resonancias. Así lo reconoció el conseller de Sanidad a este periódico.

Por otra parte, el portavoz del Hospital Clínica Benidorm que gestiona Calos Paz, que tiene el 36,5% de la participción en la UTE que ha ganado el segundo concurso de resonancias, reconoció que el empresario es amigo de Zaplana pero que asociarlos en esta adjudicación "es basante perverso".

Se paga por exploración

Cuando el concurso de Resonancia Magnética se adjudicó en octubre del año 2000 a Eresa, Inscanner, vinculada al radiólogo y diputado del PP de Alicante, Luis de la Concepción, y a la Clínica Benidorm, que gestiona Carlos Paz, el Consell que dirigía Zaplana tenía sobrada información de que el coste de una exploración realizada en la empresa privada era un 40% más elevado que en la pública.

En ambos concursos, la conselleria paga a las adjudicatarias por exploración, lo que implica una constante ampliación de crédito conforme aumenta el gasto.

Esta política económica de beneficiar a la empresa privada en detrimento de las arcas públicas ha ocasionado el importante déficit económico de Sanidad que obligará a implantar recortes.

Cortina ya advirtió a los responsables políticos de que el primer concurso finalizaría con el doble del gasto previsto. Los 27.000 millones de pesetas para ocho años de concurso en el año 2000 se convirtieron en 45.000 al finalizar este, en 2008, lo que obligó a Sanidad a endeudarse con 1.081 millones de euros para pagar a las empresas. Deuda que colea.

Ahora los radiólogos quieren que la conselleria lleve a cabo su compromiso con el hospital de San Joan de Alicante de instalar allí un equipo propio de Resonancia," lo que permitirá demostrar que las exploraciones son entre un 30 y un 40% mas rentables que las que se hacen a través del concurso", declaró Cortina que precisó que mientras que las empresas privadas pretenden hacer cuantas más pruebas mejor, para cobrar más, en la sanidad pública, el servicio de Radiología decide con el especialista sobre la necesidad de hacer uno u otro tipo de prueba.

En quince años el gasto de la conselleria de Sanidad en resonancias magnéticas se ha cuadruplicado, pasando de 1.790 millones de pesetas a 44,1 millones de euros.

De 22 pruebas por mil habitantes a 52

Hasta la propia empresa auditora Antares Consulting, a la que eran tan aficionados los consellers de Sanidad, dio la razón a los radiólogos de la sanidad pública que se oponían a privatizar el servicio de resonancias. La consultora informó que la tasa de frecuentación en España era de 26,5 por mil habitantes mientras que en el hospital Doctor Peset que tiene el único equipo público era de 22. Los responsables políticos sabían que en el hospital General de Valencia, que tenía el servicio concertado con Eresa -posterior adjudicataria-, se hacían 52 pruebas por mil habitantes y en La Fe que también las hacía con Eresa, 75. p. g. b. valencia

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