La llamada enigmática que levantó ayer de la silla a la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Valencia, María Teresa Guardiola, cuando estaba a punto de finalizar la rueda de prensa en la que anunciaba las razones que llevan a los boticarios a la huelga indefinida a partir del lunes si el Consell no paga dos de los cuatro meses que se les adeuda (480 millones) fue de la Presidenta del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos de España, Carmen Peña, que había intercedido para que la ministra recibiera en la tarde de ayer y con carácter de urgencia a la portavoz valenciana ante el anuncio del paro.

Guardiola, que no quiso pillarse los dedos ante las preguntas de los periodistas, anunció que la llamada era del ministerio aunque le costó decir que era el de Sanidad en vez de de Hacienda, que hubiera sido más ventajoso ante el cúmulo de impagos.

La reunión con la ministra Ana Mato, que comenzó pasadas las seis de la tarde, no fue lo que se esperaba porque la deuda de 480 millones se mantiene íntegra y compromiso de pago por parte de la Conselleria de Sanidad tampoco hay, salvo los "esfuerzos tremendos" que el conseller del ramo, Luis Rosado, declaró ayer que estaba haciendo su departamento para pagar lo antes posible lo adeudado a las 2.285 boticas de la Comunitat.

Como era de prever, la ministra de Sanidad se interesó por los motivos del conflicto y solicitó a la presidenta valenciana que la huelga afecte lo menos posible a los ciudadanos, según declaró un portavoz oficial del ministerio que agregó que Ana Mato se ofreció para mediar entre la Generalitat Valenciana y los farmacéuticos para que ambas partes se avengan "con argumentos legales" a solucionar un conflicto que puede tener una gran repercusión en la población en estos críticos momentos de arranque del complejo copago farmacéutico.

El ministerio no tiene dinero para pagar a los boticarios valencianos pero la ministra de Sanidad se comprometió a conducir a ambas partes a una entente.

Al término de la reunión, la ministra comentó a sus colaboradores que los farmacéuticos valencianos mantenían la huelga indefinida.

Por su parte, la presidenta valenciana informó ayer que hay 70 farmacias en concurso de acreedores y que otras han empezado a negociar con las empresas distribuidoras un pseudo embargo al no poder saldar la deuda con ellas.

Otro hecho destacado es que la conselleria ha reforzado la inspección y ha considerado "disconformes" unas 200.000 recetas ya abonadas por falta de información (el SIP) cuyo coste podría ser reclamado a las farmacias.