La iglesia católica celebrará hoy la festividad del beato Santiago Gapp, sacerdote marianista austriaco, decapitado en Berlín en 1943, tras haber sido descubierto dos años antes en Valencia por la Gestapo, policía secreta del III Reich.

Gapp había llegado a la capital valenciana perseguido por el régimen de Adolf Hitler, cuyas teorías racistas había criticado con contundencia en sus homilías en Austria, según indicó el sacerdote marianista José María Salaverri, autor de la biografía "Santiago Gapp, pasión por la verdad frente al nazismo". En Valencia, el sacerdote dio clases en el colegio del Pilar hasta que fue apresado por agentes de la policía alemana que se presentaron ante él fingiendo ser judíos huidos de Alemania para evitar los campos de concentración.

Gapp había nacido en Wattens (Austria) en 1897 y tras combatir en la Primera Guerra Mundial en el ejército austríaco, ingresó en la Compañía de María y se ordenó sacerdote. Sus contundentes homilías contra el racismo de Hitler, que había anexionado Austria al III Reich, "le encumbraron como un auténtico héroe, admirado por los que rechazaban la barbarie nazi".

Profesor en el colegio del Pilar

Tuvo que huir de su país perseguido por la Gestapo, en 1939. Tras pasar por Burdeos llegó a Valencia en 1941, donde fue acogido por la comunidad marianista del colegio del Pilar, donde ejerció como capellán y le fueron encargadas las clases de alemán y de latín.

Pocos meses después, en 1942, dos jóvenes alemanes que dijeron ser hermanos judíos perseguidos también por los nazis se presentaron en el colegio del Pilar y pidieron ayuda al sacerdote austríaco. "Se estableció entre ellos lo que parecía ser una sólida amistad hasta el punto de que los jóvenes le rogaron que les instruyera en la fe católica para recibir el Bautismo".

Días antes de la fecha prevista para el sacramento bautismal, Gapp fue invitado por sus dos amigos a viajar a San Sebastián para recibir a unos familiares. De allí, mediante engaños, le hicieron pasar a Hendaya, ya en Francia, donde fue apresado por agentes de la Gestapo, la policía secreta alemana a la que pertenecían los dos falsos judíos.

Conducido a París y luego a Berlín, donde hizo continua profesión de su fe mientras era torturado, fue finalmente decapitado el 13 de agosto de 1943 tras ser condenado a muerte por un tribunal popular.