¿Qué supone para usted la Medalla al Mérito Turístico?

Una gran alegría porque todo nuestro equipo pensaba que llevaba un esfuerzo desconocido y ahora sabe que es reconocido. El mayor valor es que nosotros no hemos presentado la candidatura, pero se ha competido contra proyectos muy potentes. Nuestra apuesta la ha presentado la Generalitat sin nosotros pedirlo. En esta batalla del Turismo, la Conselleria ha tenido un peso importante.

Y por sostenibilidad y calidad.

Nuestros balnearios son los primeros que obtuvieron el certificado de calidad de España. En 1999, cuando no había nadie que apostaba por esto. Pero tan importante como la calidad lo es la sostenibilidad, que significa funcionar de manera desestacionalizada sin apoyos externos. Nuestro modelo de negocio persigue tener abierto diez meses al año, es decir, profesionalizar el personal. Tenemos 450 empleados que pueden vivir del turismo en la montaña.

¿Cómo capea la crisis?

Hasta la fecha, nuestro público ha sido nacional y hemos notado el impacto de la crisis, como es normal. Estamos respondiendo haciendo esfuerzos para mejorar el producto y su comercialización y, este año y 2013, será el momento de la internacionalización. Sobre todo mercados que tengan conexión directa con nuestros aeropuertos.

¿Qué destacaría?

Que la gente que se hospeda en nuestros establecimientos viene a hacer turismo de salud de primer nivel, pero ampliamos esa propuesta al entorno natural y actividades de ocio. Hace años diversificamos, como en Cofrentes, donde hay paseos fluviales, campo de golf o multiaventura. Después, un tratamiento de bienestar. Eso no se encuentra, ni en los Pirineos ni tampoco en los Picos de Europa.

¿Los números acompañan?

Nuestros turismo es el 55 % valenciano y el 45 % español. Tenemos 100.000 pernoctaciones anuales. El hotel que más noches pasan los turistas en la provincia de Valencia está en Cofrentes, por encima de los de la ciudad de Valencia. En Montanejos pasa igual.

¿El futuro del interior es el turismo?

Todos los municipios de la Comunitat Valenciana que tienen balneario, cuando observas su actividad económica se demuestra que son destinos privilegiados. Hay empleo y desestacionalización. Todo el turismo de interior mueve menos de 200.000 pernoctaciones al año y con Cofrentes, Chulilla, Montanejos y Benassal se consiguen más de 400.000. ¿Esto por qué es así? Porque está desestacionalizado.

¿En qué situación se encuentra el interior?

Lo más rotundo es que los pueblos de interior se están despoblando. Eso pasa porque no hay trabajo. Los municipios que ofrecen oportunidades son los que tienen un sector turístico fuerte. Turísticamente, la Comunitat Valenciana tiene grandes virtudes, pero también grandes problemas.

Empiece por los problemas que se deben mejorar...

El más importante es la carencia de tejido empresarial y el volumen de las empresas. Se han creado unos negocios tan pequeños y tan poco profesionalizados que la posibilidad de subsistencia se ve seriamente afectada cuando el mercado está en recesión. Es objetivo que aquellas empresas que hemos crecido en tamaño, en diversificación y hemos desestacionalizado estamos teniendo un futuro mejor. La solución del turismo rural es la creación de productos potentes sólo posible desde la perspectiva de la profesionalización. O las empresas aumentamos el tamaño o no podemos competir en el mundo del turismo actual, basado en las cifras.

Hecho el diagnóstico. ¿Cuál es a su parecer la clave para mejorar?

Sin duda la colaboración publico-privada. Ni esto lo resuelve el mercado solo, ni tampoco las administraciones. Se está haciendo pero sólo en la reflexión. Hay que ir más allá identificando canales de venta, puntos fuertes y detección de las necesidades del turista para satisfacerlas.

¿Cómo el «sol y playa»?

En el sol y playa se ha hecho, pero partiendo de una demanda espectacular. En algunos destinos de este tipo se ha hacho muy bien, pero en otros regular, que se han hundido cuando las cosas han ido a peor. Las claves en el interior es conseguir que los interesados en cambiar esto se pongan a trabajar.

¿Es el turismo de interior valenciano un desconocido?

A las cifras me remito. El Plan Director de Turismo de Interior describe que el 86 % de turistas que duermen en el interior son residentes en la costa. Pero de los residentes en la costa, sólo el 2 % se plantea ir de vacaciones a la montaña. Tenemos claro que el mercado está próximo y virgen.

¿Os preocupan los incendios forestales?

Es muy difícil hacer una planificación a medio y largo plazo con la intranquilidad que provoca el que un accidente natural o provocado sea capaz de arruinarte el negocio. El mayor problema que tenemos en las montañas es el riesgo de los incendios. La mayor reivindicación que hacemos y haremos es que la política de prevención, que no de extinción, sea la máxima que se puede hacer.

¿Se está haciendo lo posible en prevención?

No. En este momento se reivindica que se formule y ejecute un plan de prevención, no de intervención. Ha habido periodos en que se ha hecho con éxito, y en este momento, ha dejado de hacerse. No hay más que visitarnos, nosotros vivimos en los montes y lo sabemos. La política preventiva precisa medios, y no vale decir que no los hay.

¿El riesgo de incendios genera inseguridad a las inversiones?

No es una casualidad que los inversores sin vinculaciones emocionales con los pueblos de interior ni están ni se les espera. Consideran que la apuesta por la montaña tiene un riesgo incontrolable, y eso, no es posible que sea así.