En una granja de Los Dolores (Murcia) ha nacido Fuensanta, una ternera de raza murciano-levantina que es el resultado de años de investigación con el fin de conservar esta raza en peligro de extinción de la que tan sólo quedan 65 ejemplares. Fuensanta es, pues, el resultado de la aplicación de diferentes técnicas de biotecnología reproductiva en un proyecto pionero, ya que es la primera vez que se lleva a cabo íntegramente en España.

Este largo proceso, que culimna con el nacimiento de Fuensanta, empezó con la extracción de ovocitos a una vaca mediante una punción y aspiración folicular guiada por ecografía (OPU), de lo que se encargaba el equipo del investigador Salvador Ruiz, responsable y coordinador del proyecto. A continuación, se maduraron estos ovocitos y se inseminaron 'in vitro' con semen de toro murciano-levantino facilitado por el grupo de investigación dirigido por Ángel Poto.

Una vez fecundados, se dejaron madurar durante aproximadamente una semana y se procedió a su vitrificación, es decir, a su crioconservación en nitrógeno líquido, en una técnica novedosa y similar a la utilizada en la reproducción asistida a seres humanos. Estos primarios embriones se conservaron hasta encontrar vacas aptas para albergarlos, a las que se sincronizó mediante hormonas para que estuviesen en el mismo momento del ciclo de gestación que los embriones de los que iban a ser inseminadas. Entonces se procedió a la desvitrificación de los embriones y se depositaron en los ejemplares escogidos.

El caso de Fuensanta

Una de estas reses que sirvió como 'vientre de alquiler' fue una vaca de raza Holstein de la granja comercial Agropecuaria Puente Alto, de Los Dolores (Murcia), propiedad de Juan José Belando. Nueves meses y 15 días más tarde, tras una gestación y un parto sin complicaciones, nació Fuensanta, una ternera de raza de murciano-levantina de 33,2 kg, cinco más que los que suelen pesar estos animales al nacer, en perfecto estado de salud, según los investigadores.

"Parece demasiado extraordinario, pero es que lo es", afirma Poto cuando recalca que el proceso es especialmente complejo por la gran cantidad de manipulaciones que se realizan sobre la célula, ya que en cada una de ellas sufre un grave desgaste metabólico que limita su viabilidad.

Fuensanta es el primer ejemplar obtenido por este método, pero los investigadores responsables de su nacimiento tienen la esperanza de que este caso no sea el único. Por ello, actualmente se conservan 150 embriones fecundados y 6.500 dosis de semen de raza murciano-levantina.

Pero los especialistas no aspiran a aumentar masivamente la población de esta raza sino que, como afirma Poto, "la finalidad no es recuperarla sino conservarla", puesto que su mantenimiento es demasiado caro y resulta poco rentable, ya que su carne no se comercializa y la maquinaria agraria la ha sustituido en su tradicional función de trabajo.

Según Poto, "para considerar que la especie no se encuentra en peligro de extinción tendríamos que tener cien ejemplares vivos y un banco de embriones de al menos otros cien como mínimo", lo que está lejos de ocurrir, ya que la población actual de esta raza no alcanza los 70 ejemplares.