Tres i Quatre, la histórica librería del valencianismo que en 1968 fundó Eliseu Climent y que ha sido objeto de bombas, pintadas, ataques e insultos por ser un referente cultural del nacionalismo, cambia de manos. Después de mudarse en 2006 de la calle Pérez Bayer de Valencia a la planta baja del Octubre Centre de Cultura Contemporània y ser donada con todos sus fondos a Acció Cultural del País Valencià, ahora inicia una nueva etapa. La entidad cultural ha firmado un acuerdo por el que cede el uso de la librería a cambio de un alquiler y transfiere todos sus fondos editoriales -unos 8.000 volúmenes en el inventario- a la periodista y escritora Núria Cadenas, que ha trabajado la última década en el semanario El Temps y que formará tándem empresarial con Eva Maria Gisbert bajo el nombre de Les Dues Llibreteres SL.

El traspaso se ha hecho efectivo y estos días ya puede verse a las nuevas gestoras en la librería del Octubre, que no cambiará de nombre. Sin embargo, está previsto que el 21 de marzo escenifiquen el cambio con una fiesta por el 45 aniversario de la librería, donde se servirá un vino de honor y se recitarán versos de Vicent Andrés Estellés y Salvador Espriu.

Desde Acció Cultural han puesto el énfasis en que la operación se fundamenta en que "el proyecto de la librería Tres i Quatre continúe y se actualice a los nuevos tiempos". "Desde que Rosa Raga [la esposa de Climent] la cedió a Acció Cultural, el proyecto no se acababa de consolidar. Y queríamos a alguien que hiciera suya esta librería y se encargara de cambiarla y renovarla para actualizarla al siglo XXI. Y que, por contrato, mantuviera el compromiso de seguir dando especial atención a nuestros autores, que se encuentran marginados de la distribución".

La entidad precisa que han recibido ofertas comerciales para montar otros negocios en este espacio del centro histórico, pero que han desechado la idea. Consideran imprescindible que la librería siga con fuerza.

De periodista a librera

A quien ya le ha cambiado la vida ha sido a Núria Cadenas, de 43 años. "Una imaginaba que tener una librería respondía a la idea romántica de estar leyendo tranquilamente un libro de poesía que acababa de entrar y en otro rato escribir el capítulo de tu último libro. Pero ni mucho menos es así: este trabajo, como ya nos advirtieron algunos libreros experimentados, consiste más en cargar y descargar cajas de libros y hacer albaranes", subraya con humor. Es consciente de la "locura" que han asumido: "Entrar en el mundo del libro en el peor momento".

Sin embargo, afirma que "no se podía decir que no al reto de arriesgarse a darle un nuevo empujón a una librería emblemática y mítica para mucha gente". Entre los retos de las nuevas gestoras figura "poner el espacio de la librería a disposición de escritores y editores" en valenciano para convertir la librería en un "polo de dinamización cultural". Y un objetivo personal de Cadenas: hacer que los libros de fondo cuyo tiempo de novedad ya expiró tengan una segunda y hasta una tercera vida.