El Ministerio de Industria remitió el pasado verano a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) un borrador de orden ministerial, al margen de la reforma energética y sin publicidad alguna, para asignar a Red Eléctrica Española la construcción de un segundo cable de interconexión entre Sagunt y Baleares que costará 1.083 millones. Así lo anunció con gran deleite el secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, precisamente en la inauguración oficial de la estación conversora de Santa Ponça, la que recibe el suministro que envía la planta de la capital del Camp de Morvedre.

Y es que, tras pocas semanas en funcionamiento, la propia Red Eléctrica considera que esta conexión recién estrenada -que ha costado 450 millones de euros- es insuficiente y deficiente, por lo que se necesita "un sistema más robusto", según explica el documento al que ha tenido acceso Levante-EMV. El reforzamiento radicaría en la creación de un segundo cable (según las fuentes consultadas, desde Sagunt, puesto que ya se cuenta con las infraestructuras) que blindaría el suministro ante cualquier incidencia y abriría la puerta a la instalación en la isla de energías renovables.

Descontento en la isla

Esta inversión se podrá realizar en un plazo de entre cinco y siete años, según matizó Nadal, y está pendiente del informe favorable de la CNE.

Sin embargo, aunque de momento se trata tan solo de un plan, ya son muchos los detractores que le han crecido, sobre todo desde la isla. Este segundo cable convertirá en innecesarios los 900 megavatios de ciclos combinados construidos en las islas y el gasoducto de Enagás que los iba a surtir, dado que buena parte de la electricidad provendrá de la península y no necesitará ser producida en su destino -con la consiguiente pérdida de puestos de trabajo en Mallorca-. También los ecologistas se oponen y Endesa lo califica de "despilfarro".

Fuera de ella, distintas fuentes apuntan a que el déficit de tarifa se incrementará en 315 millones al año. Precisamente, reducir el déficit, que supera ya los 26.000 millones de euros, es uno de los argumentos que ha esgrimido el ministro José Manuel Soria para acometer este proyecto.

"Con la implementación del segundo enlace con la península se resolverán totalmente los posibles desequilibrios generación-demanda que puedan producirse en el sistema. Se tendría la posibilidad de dar tensión desde la península en caso de un cero de tensión en la isla de Mallorca, lo cual implicaría una reposición del sistema mucho más rápida que en la actual situación", explica el documento remitido a la Comisión Nacional de Energía.