El fiscal Vicente Torres reveló en el interrogatorio de ayer al exconseller de Solidaridad, Rafael Blasco, que la Policía encontró en un dispositivo de almacenamiento electrónico de Augusto César Tauroni, el empresario encarcelado por la causa, abundante documentación de la Fundación Amela. El fiscal le preguntó cómo es posible que Tauroni tuviera en su poder «las escrituras y los DNI de los fundadores» de una ONG «de la que es vicepresidenta su esposa Consuelo Ciscar», actualmente directora del IVAM. Como publicó en su día Levante-EMV, Blasco adjudicó a esta entidad 390.500 euros a dedo de los fondos de la conselleria.

Blasco defendió que él podría haber tenido alguna relación con la ONG porque su fundador, el intelectual ya fallecido José Vidal-Beneyto, lo habría puesto sin decírselo. El exconseller aseguró que en la fundación Amela participan algunos de los intelectuales más importantes del panorama internacional y que él no tiene la culpa de que Tauroni tuviera esos documentos de Amela.

El fiscal también reveló en el interrogatorio que Augusto César Tauroni tenía en su agenda los teléfonos de los hermanos de Blasco, sus sobrinos Sergio Blasco y Gisela Blasco y la hija de Consuelo Ciscar Débora Salom Ciscar. Vicente Torres le preguntó a qué se debía esto y Blasco contestó un poco sorprendido que «todos son de Alzira». El fiscal volvió a la carga asegurando que todos no eran de la capital de la Ribera y el exconseller tuvo que reconocer que Sergio Blasco, actual director del Hospital General, y su esposa Débora Salom residen en Valencia.

La estrategia del fiscal para conseguir demostrar la amistad entre Blasco y Tauroni fue bombardear al acusado a evidencias de su vida personal. El exconseller negó en todo momento que tuvieran una relación de amistad porque «nunca me he ido a comer con él ni conozco a su familia».