Los niños valencianos son los que menos ejercicio físico practican en su tiempo libre y, en cambio, figuran en el grupo de cabeza de consumo televisivo en España, según el informe de Unicef titulado «La Infancia en España 2014. El valor social de los niños: hacia un Pacto de Estado por la infancia», que fue presentado ayer en Valencia. Entre las costumbres de los menores reflejadas en este amplio estudio figura que entre el 70 y el 79 % de los niños valencianos de 1 a 14 años consumen televisión al menos una hora al día entre semana cuando la media estatal es del 63 %. Entre el 20 y el 24 % de menores de esa franja de edad usan la videoconsola o el ordenador por lo menos una hora al día entre semana.

La otra cara de esta preocupante moneda es el sedentarismo infantil. En la clasificación de niños de 11 a 18 años que hacen ejercicio físico en el tiempo libre por lo menos dos veces a la semana, la Comunitat Valenciana es la autonomía con el peor resultado: menos del 55 % de menores de 11 a 18 años llegan a las dos prácticas semanales de ejercicio físico voluntario, más de diez puntos por debajo de los niños y adolescentes de Baleares, por ejemplo.

Como ya han advertido en las últimas semanas otras organizaciones de carácter social, el informe de Unicef advierte del inquietante nivel de pobreza infantil. En la Comunitat Valenciana el riesgo de pobreza alcanza al 26,9 % de menores, teniendo en cuenta que el estudio califica de pobre aquel hogar-tipo con dos adultos y dos niños menores de 14 años con unos ingresos anuales inferiores a 17.040 euros. Entre las cifras de pobreza que inquietan a los representantes valencianos de Unicef figura la de pobreza severa, que afecta al 9,7 de niños valencianos (en España baja al 8,3 %) y que implica que sus hogares carecen de cuatro de estos conceptos: pagar al día alquiler, hipoteca o recibos; tener calefacción en invierno; hacer frente a gastos imprevistos; una comida de carne, pollo o pescado cada dos días; ir de vacaciones al menos una semana al año; tener un coche; una lavadora; una televisión; y un teléfono. A uno de cada diez niños valencianos les fallan cuatro de estos elementos.

Al mismo tiempo, el informe de Unicef que se nutre de distintos indicadores refleja que la tasa de obesidad y sobrepeso infantil afecta a más del 25 % de menores de la Comunitat Valenciana tras aumentar en 2011, con respecto al 2003, con la crisis de por medio. Otro dato que llama la atención entre los indicadores de Bienestar Subjetivo son los niños de 11 a 18 años que declaran haber estado «bajos de ánimo» alguna vez por semana en los últimos 6 meses (aunque el dato autonómico se remonta a 2006). La media valenciana de ánimo bajo se mueve en torno al 17 %, ligeramente superior a la estatal, y presenta con un matiz relevante: las chicas doblan a los chicos en este decaimiento moral.

Inquietud por la educación

Aunque la Comunitat Valenciana no se desmarca en exceso de la media estatal respecto a los indicadores de pobreza, a Unicef le inquietan algunos datos educativos: el fracaso escolar (alumnos que a la edad de acabar la ESO no tienen el título) llega a un 30,4 %, siete puntos más que en España; el abandono escolar (jóvenes de 18 a 24 años con sólo estudios medios) atañe al 26,9 % de valencianos; y la tasa de escolarización de 0 a 3 años se queda en el 25,3 %, cinco puntos menos que la media estatal. Unicef reclama un pacto de Estado por la infancia y, como medida de emergencia, pide una ayuda universal de 1.200 euros anuales por cada menor de 18 años a cargo.