Alberto Fabra tuvo ayer un segundo de tregua en su lucha diaria con los distintos colectivos agraviados por los recortes y los impagos. Tras una reunión con la asociación Productors Audiovisuals Valencias (PAV), el jefe del Consell firmó la paz con el sector audiovisual (una parte, mejor dicho, la de los productores) gracias a un plan de ayudas de 8 millones (3,6 en 2014; 5 en 2015) negociado los últimos meses para películas, cortos, animación, documentales, desarrollo de guión, etc., y que podrían generar entre 1.200 y 1.300 empleos directos, calcula del sector.

Se trata de un aumento considerable tras al raquítico presupuesto de 2013 (480.000 euros), pero apenas un bocado de oxígeno para un audiovisual al que la gestión del PP, con el cierre de RTVV y la Ciudad de la Luz, ha generado una tasa de paro del 92%: «el sector europeo más castigado de la historia», en palabras de Ximo Pérez, presidente de los productores.

En la reunión no se concretó qué ocurrirá con los derechos de explotación de las series producidas y que ya no emitirá RTVV, aunque el compromiso es que vuelvan a las productoras una vez se liquide la empresa. Además, el Consell se comprometió con el sector a que la concesión de esas ayudas puedan funcionar como aval ante los bancos, antes de que llegue el pago.

Durante la reunión, los productores reclamaron a Fabra la vuelta de RTVV. Sin embargo, el presidente se comprometió a que las dos horas de desconexión diaria por la tarde que se está negociando con TVE, se externalizarán a productoras valencianas y será entretenimiento «en valenciano». Quizá haya una ficción semanal. El año 2009, RTVV subcontrató a productoras 290 horas, récord histórico. Con el convenio con televisión española, habría margen para llegar a las 700 anuales, lo que permitiría al castigado sector recuperar el pulso. A esto se destinarían «otros 6 o 7 millones de euros», trasladaron los productores.