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Divulgación

Un nuevo guardián del Mediterráneo

Colectivos valencianos compran un velero por un euro para utilizarlo en la conservación marina

Un nuevo guardián del Mediterráneofernando bustamante.

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Arranca la aventura del Proyecto Belharra. El Col·legi Oficial de Biòlegs de la Comunitat Valenciana, Acció Ecologistas-Agró, Xaloc, Poseidón, Ambiens y BioBlau ya están embarcados, y a la espera de que más gente y colectivos se unan a la travesía que les espera. Estas asociaciones valencianas han comprado por el precio de un solo euro el velero Belharra con el objetivo de montar un proyecto dedicado a la conservación y divulgación del mar Mediterráneo: desde navegar de puerto en puerto con charlas y cursos, hasta clases de buceo científico, pasando por la alianza con las cofradías de pescadores. Todo puede ocurrir con este barco, que ya ha surcado los mares y océanos del mundo entero en manos de sus antiguos dueños.

La historia del Proyecto Belharra comienza cuando el docente y piloto de primera en la Marina Mercante Iñaki Urkía le comenta a su hija Usue, estudiante de Biología en la Universitat de València, que un matrimonio francés vende su barco al precio simbólico de un euro para que sus nuevos propietarios le den una nueva vida al velero, enfocada al uso solidario y de conservación. Es entonces cuando Usue, una apasionada del medio marino e integrante de la asociación estudiantil BioBlau, empieza a mover los hilos consciente de las grandes posibilidades que brinda esta oportunidad. Y a partir de ahí, distintas personas y asociaciones conservacionistas comienzan a engendrar la idea.

Aunque la compra había salido barata, lo primero era reunir una cantidad suficiente de dinero para poner a punto el navío y trasladarlo hasta Valencia. Y es que, el matrimonio francés lo tenía amarrado en Mazagón (Huelva), donde llevaba 6 años en suelo seco. Así es que los seis colectivos se pusieron en marcha y gracias a sus propias aportaciones y a una fiesta solidaria, lo consiguieron. Desde agosto, el Belharra ya descansa en el Club Naútico de Valencia.

La unión de mucha gente

«Es increíble el apoyo, la colaboración y la unión de muchas personas que se están esforzando para sacar adelante este proyecto», explica Usue, de tan sólo 21 años, mientras enseña el barco a Levante-EMV. Muestra de ese apoyo, es que, sin ir más lejos, el Club Naútico de Valencia solo les cobra la película de agua: «no pagamos alquiler; es un gran detalle», continúa Usue, que también cuenta que un mecánico naútico les ayudó a poner en marcha el motor. «Y Enrique Pertegas nos está guiando para restaurar el casco», comenta agradecida.

«La propia aventura me mueve mucho», asegura la estudiante, pero el objetivo principal es «echarle una mano al Mediterráneo» porque «la gente sólo conoce de él las playas y los delfines que alberga. Está por descubrir aún».

Para Lucía Moreno, de AE-Agró, este proyecto es «apasionante». «Será el primer barco de la Comunitat Valenciana dedicado a proteger el propio mar, a divulgar sus secretos y a formar a los más inquietos», recalca. También insiste en que «además de esa parte romántica de la iniciativa», lo que más destaca es la cantidad de gente que se está volcando. Precisamente, Lucía tuvo mucho que ver para que el proyecto ya cuente con el principal patrocinador, que ha donado un total de 8.000 euros. «Se trata de una empresa electrónica llamada Dexilon. Y, ¿por qué donar tanto dinero a esta causa? El gerente de la entidad, Antonio Císcar, lo tiene claro: «detrás de esta acción aparentemente altruista, tengo la esperanza de que las costas y el mar en general no sigan alejándose de las costas y el mar que yo particularmente recuerdo... Y eso no es nada altruista».

Se trata de «hacer escuela»

Ignacio Lacomba, del Col·legi Oficial de Biòlegs cuenta que ahora están trabajando en fundar Belharra, que será la «asociación de asociaciones». Sobre las actividades que llevarán a cabo, de lo que se trata es de «hacer escuela», es decir, «principalmente, para los estudiantes, para que puedan poner en práctica lo que aprendan en la universidad: hacer salidas al mar, recoger muestras...»; por otro lado, estarían los talleres y cursos sobre biología y ecología marina enfocados a todo tipo de público; jornadas de buceo científico y navegación; avistamiento, censo y sensibilización de las poblaciones cetáceas del Golfo de Valencia; travesías acompañadas de charlas en la propia embarcación; custodia marina; colaboración con las cofradías pesqueras, universidades...

Actividades que sostendrán economicamente el proyecto. Pero, en cualquier caso, todos los integrantes de este proyecto señalan que lo principal es «conservar» y «proteger» el mar ante las nuevas amenazas como las prospecciones petrolíferas. Desde ya, el Mediterráneo tiene un nuevo guardián: el Belharra.

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