La restauración de la Basílica comenzó, en 1998, por la cúpula, ya que existía riesgo de derrumbe. Las obras se centraron en la cúpula, el tambor y la linterna y costaron 6,63 millones de euros, de los que 2.980.000 euros se destinaron a la cúpula, el tambor y la linterna ya que el resto fue para restaurar el mural de Palomino que decora la cúpula. Los trabajos finalizaron en 2004 pero la obra, sin embargo, tuvo un parón de tres años por discrepancias con el proyecto de Ignacio Bosch, que pretendía perforar la cúpula, algo que paralizó la dirección general de Patrimonio Artístico porque llevar a cabo este proyecto —para que entrara luz exterior en la cúpula, tal como ocurría en el siglo XVII— la obra pictórica de Palomino corría peligro. m. ros valencia
