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Denuncia

Una activista halla un localizador GPS en su coche tras un control policial

La mujer participaba como experta en un foro contra la censura y la vigilancia policial en internet

Una activista halla un localizador GPS en su coche tras un control policial

Una activista catalana, involucrada en multitud de movimientos sociales y especializada en invasiones policiales y vigilancia física y en la red, ha denunciado la colocación en su vehículo de un dispositivo de rastreo que permite tenerla localizada en todo momento. Aunque la mujer, que prefiere mantenerse en el anonimato por razones de seguridad, no acusa a nadie en concreto, sospecha que puede estar siendo objeto de seguimiento «por razones políticas», ya que el dispositivo, un GPS-GSM, lo encontró después de ser sometida a dos «extraños» controles por parte de la Policía Nacional, uno en La Jonquera (Girona) y otro en Valencia, en un intervalo de apenas dos semanas y media.

De hecho, no ha relacionado esos dos controles hasta el hallazgo del rastreador el pasado día 4, cuando se encontraba en Valencia -es vecina de Barcelona- para asistir al Circumvention Tech Festival, un foro internacional que congrega a expertos de todo el mundo en la lucha contra la censura y la vigilancia en internet. La denunciante es una reconocida experta en denunciar invasiones policiales en la privacidad y vigilancia policial a través de la red.

«Me fijé en que había un plástico levantado en el paragolpes, junto a la rueda, y cuando iba a colocarlo, vi que detrás había unos cables. Al levantar más, me encontré con un objeto cubierto de cinta adhesiva negra y lo quité», explica. Varios especialistas que participaban en el Circumvention Tech Festival en ese momento examinaron el aparato: un localizador GPS con una antena GSM para emitir una señal que permite conocer en todo momento la ubicación y los movimientos del vehículo.

En ese momento, recordó los controles policiales y las sospechas fueron en aumento. El primero se produjo el pasado 8 de febrero, cuando entraba en España por la autopista AP-7 procedente de Francia. En el peaje, había un control policial «con uniformados con metralletas». La desviaron, la obligaron a bajarse, un agente se puso al volante y se llevaron el coche «durante más de una hora con el argumento de que era un control rutinario. En todo ese tiempo, el coche nunca estuvo al alcance de mi vista». Al terminar, se lo devolvieron y la mujer siguió su ruta sin darle más importancia.

El siguiente fue en Valencia, el pasado día 1, justo cuando acababa de llegar con una amiga para participar en el foro. Sacaron las mochilas y, cuando estaban dejándolas en la casa donde iban a dormir, las avisaron de que la Policía Nacional preguntaba por ellas. «Nos identificaron y estuvieron mirando el coche. Pregunté y me dijeron que era un simple control rutinario. Me sonó como el . Aún así, tampoco le dio más vueltas más allá de sorprenderse ante la coincidencia. Pero, «cuando encontré el rastreador, no pude por más que pensar mal. Yo no quiero especular sobre quién y por qué ha colocado esto en el coche, pero lo cierto es que ha aparecido después de dos extraños controles policiales y justo cuando venía a Valencia a hablar de este tipo de cosas en talleres y mesas redondas de este evento», reflexiona.

Una vez que sus compañeros analizaron el aparato y le advirtieron de su naturaleza, la activista buscó asesoramiento legal. El abogado valenciano Óscar de Alfonso, que ha asumido la defensa de los intereses de esta mujer, la acompañó al juzgado de guardia el pasado viernes para que formalizara la denuncia. «Sólo quiero saber quién y por qué ha hecho esto. Seguramente no lo averiguaremos nunca, pero hay que denunciar este tipo de hechos», concluye.

Levante-EMV trató de obtener ayer la versión de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, pero no hubo respuesta a esta solicitud de información.

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